¿Es feliz quien más dinero tiene? Los expertos responden a esta pregunta

¿Es feliz quien más dinero tiene? Los expertos responden a esta pregunta

Foto: Pixabay

La relación del dinero con la felicidad es un tema que debe ser visto con perspectiva, y para muchas personas, tanto pobres como ricas, no habrá respuesta a la pregunta si ser millonario genera felicidad; sin embargo, en 2010 el psicólogo Daniel Kahneman y el economista Angus Deaton se aventuraron en un estudio para resolver esta cuestión.

 

La investigación se enfocó en determinar si el dinero desempeñaba un papel fundamental en dos aspectos de la vida emocional de las personas. El primero asociado a la calidad de la vida cotidiana, la alegría, el estrés, la tristeza, la ira y el afecto, que hacen que la vida sea agradable o desagradable. El segundo tiene que ver con los pensamientos que las personas tienen respecto de sus vidas.

 

De acuerdo con Forbes, que cita a los expertos que ganaron el premio Nobel de Economía, el bienestar emocional de una persona aumenta con los ingresos económicos. Pero, a medida que el dinero incrementa, el progreso del bienestar avanza a un ritmo cada vez más lento. Y cuando las ganancias superan los 75,000 dólares al año (cerca de 1.5 millones de pesos), el bienestar se estanca.

 

Tras analizar estos datos, los investigadores concluyeron que si bien los bajos ingresos se asocian tanto con una baja evaluación de la vida como con un bajo bienestar emocional, irónicamente, con altos ingresos las personas pueden tener satisfacción con la vida, pero no son felices.

 

Matthew Killingsworth, de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, hizo lo propio para responder la citada cuestión, incluso creó una herramienta para ello: Track Your Happiness, una aplicación que investiga qué hace que la vida sea satisfactoria.

 

La app funciona al decirle lo que siente el usuario en varios momentos cada mes, lo cual ayudó a los usuarios a descubrir qué factores hacen que sean o se sientan felices. Tras recabar estos datos, Killingsworth publicó sus conclusiones a inicios de este año en Proceedings of the National Academy of Sciences. 

 

Según el experto, tanto la satisfacción con la vida como el bienestar experimentado aumentaron con los ingresos. Pero a diferencia de la investigación de 2010, la felicidad continúa aumentando después de registrar ingresos anuales de 80,000 dólares (aproximadamente 1.6 millones de pesos). La conclusión es obvia.

 

Al respecto, Killingsworth explicó: “Cuando tienes más dinero, tienes más opciones sobre cómo vivir tu vida. Es probable que puedas ver esto en la pandemia. Las personas que viven al día y son despedidos necesitan tomar el primer trabajo disponible para mantenerse a flote, incluso si es uno que no les gusta. Las personas con un colchón financiero pueden esperar por el empleo que se adapte mejor a lo que quieren. En las decisiones grandes y pequeñas, tener más dinero le da a la persona más opciones y un mayor sentido de autonomía”.

 

Sin embargo, el experto dijo que en su estudio descubrió que las personas que equiparaban dinero y éxito eran menos felices que las que no lo hacían, y que las personas que ganan más dinero trabajaban más horas y se sentían más presionadas por el tiempo.

 

Por último, Killingsworth afirma que descubrió que en realidad los ingresos son solo un determinante modesto de la felicidad. “Sí, es un factor que podría importar de una forma que no nos habíamos dado cuenta antes, pero solo es uno de los muchos que la gente puede controlar”. La respuesta a la cuestión aún parte de perspectiva.

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