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A través de la plataforma Change.org, más de 10,000 opositores a que se cambie la estatua de Cristóbal Colón lanzaron una petición este domingo para exigir al gobierno de Ciudad de México que restituya la efigie del explorador en el Paseo de la Reforma.
La petición, que circula en redes sociales, refiere: “Los mexicanos y particularmente los habitantes de la capital del país nos sentimos indignados y afectados por el retiro de nuestro patrimonio histórico pretextando su reparación, pero consideramos que se trata de una decisión de carácter populista”.
Hasta el momento, la petición acumula más de 10,000 firmas, y entre las personas que han firmado el documento destacan la diputada federal Margarita Zavala y su esposo, el expresidente Felipe Calderón, ambos del PAN.
De acuerdo con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la estatua que ocupará el lugar de Colón será el rostro de una mujer indígena, llamada “Tlali”, la cual ha permanecido resguardada desde hace un año.
El gobierno de la capital retiró la estatua dos días antes del 12 de octubre del año pasado, fecha que conmemora la llegada del navegante a América, ya que una protesta ciudadana amenazó con derribar la figura.
La efigie data del siglo XIX y fue elaborada por el escultor francés Charles Cordier, por ello los inconformes han denunciado que su retiro viola la “Ley federal sobre monumentos y zonas arqueológicas” con responsabilidad del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Al respecto, la petición dice: “Por lo tanto, los ciudadanos mexicanos exigimos a la titular del Poder Ejecutivo del Gobierno de la Ciudad de México y al INAH regresen de inmediato a su pedestal la estatua de Cristóbal Colón, y al o los culpables les sean aplicadas las sanciones estipuladas”.
En el marco de la conmemoración de los 500 años de la resistencia indígena, el presidente Andrés Manuel López Obrador celebró el reemplazo de la estatua “porque es un reconocimiento a la grandeza cultural del México profundo, del México prehispánico a sus culturas”.
Sin embargo, los opositores calificaron estas acciones como “populistas”: “Solo hace caso a una minoría de la población que comulga ideológicamente con su visión revisionista de la historia, sin considerar que el monumento nada tiene que ver con su ideología”.
