"El juego del calamar”, reflejo de la sociedad surcoreana

"El juego del calamar”, reflejo de la sociedad surcoreana

Foto: Netflix

“El juego del calamar” lidera la lista de popularidad de Netflix apenas 25 días después de su estreno y ha sido vista por  más de 100 millones de personas alrededor del mundo. El éxito se debe a su trama, basada en famosos mangas del género Battle Royale; pero ¿en verdad Corea del Sur es así como la retrata la serie, con marcadas diferencias socioeconómicas?

 

La ficción es protagonizada por diferentes personas que tienen graves problemas económicos y está ambientada en Corea del Sur, por lo cual ambos elementos presentan diversas críticas respecto de los problemas que vive la sociedad de aquel país.

 

De acuerdo con el portal Que Ver, “El juego del calamar” fue escrita por Hwang Dong-hyuk en el 2008, quien se basó en sus problemas y los plasmó en una historia del género Battle Royale, la cual trascendió hasta la pantalla y fue la base de sátira de la sociedad de Corea del Sur.

 

Según refiere el citado medio, el objetivo de la popular serie de Netflix es criticar y contar a los espectadores cómo es realmente la vida de las personas que viven en Corea del Sur, ya que la serie muestran que en dicho país existe una gran diferencia entre las clases sociales, algo que también evidenció “Parasite”.

 

De ser ciertos estos aspectos de la ficción, las personas que tienen problemas financieros deben recurrir a prestamistas o apostar, lo cual está prohibido en el país. Incluso varios ciudadanos pagarían sus deudas con sus órganos, pues así lo muestra uno de los protagonistas al principio de la serie.

 

Y eso no es todo, pues la serie también revelaría cómo son maltratados los inmigrantes debido al fuerte sentimiento de xenofobia de la sociedad, así como la discriminación de género.

 

Por último, la crítica total, de la cual derivan todas las historias de los personajes, es que todo gira alrededor del dinero y del capitalismo, como un ente que devora todo. Para ello, Hwang Dong-hyuk se inspiró en su infancia y en la actualidad, ya que no ha cambiado nada desde entonces. Esta última crítica sería un espejo en el que el mundo se ve reflejado.

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