Cáncer de mama, la gran amenaza de mujeres mexicanas

Como cada 19 de octubre, México y todo el mundo conmemora el “Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama”, un mal que afecta de manera silenciosa a millones de mujeres en el planeta entero.

El cáncer de mama se ha convertido en la gran amenaza de las mujeres mexicanas, pues esta enfermedad ha alcanzado niveles alarmantes en nuestro país, por lo que resulta fundamental el fomento de la cultura de prevención entre las féminas.

La vida de las mujeres que son diagnosticadas con cáncer de mama se convierte en un infierno en nuestro país, pues la gran mayoría detectan esta enfermedad de manera tardía, lo que reduce sus posibilidades de vencer a este mal.

Desde el año 2006, el cáncer de mama se mantiene como la primera causa de muerte entre las mujeres mexicanas mayores de 25 años, mal que sigue por arriba de otras enfermedades y que también es una de las principales comorbilidades que derivan en una muerte por COVID-19.

Entre enero y agosto del año 2020 se detectó que el 9% del total de las muertes que se dieron en México en ese periodo de tiempo fue por tumores malignos. De ese número, el 51% fue de mujeres y la gran mayoría por cáncer de mama.

De destacar es que en 2019 se registraron 35.24 casos nuevos de cáncer de mama por cada 100,000 mujeres de 20 años o más. De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), la tasa de mortalidad por cáncer de mama es de 17.19 defunciones por cada 100,000 mujeres de 20 años o más.

Autoridades de salud mexicana destacan que el principal factor que deriva en la muerte de más mexicanas a causa de este cáncer es la atención tardía, ya sea porque las pacientes no buscan de inmediato someterse a un tratamiento o porque los servicios de salud tardan en dar el diagnóstico.

Lo cierto es que las mexicanas deben tener la cultura de la prevención muy presente ante este tipo de situaciones, ya que una detección a tiempo del cáncer de mama puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Urgente también resulta que esta enfermedad deje de ser motivo de señalamiento social hacia quienes la padecen, pues además del trauma que representa el vivir con este cáncer, las mujeres que lo sufren también deben cargar con el juicio social sin sentido.