.gif)
Hubo una época donde el Puebla de la Franja contrataba figuras, buscaba futbolistas en Europa y además tenía peso en la Federación Mexicana de Futbol, y esa fue cuando Emilio Maurer era el dueño del equipo a finales de la década de los ochenta, en donde se convirtió en gestor del mejor momento en la historia de la institución.
Este miércoles el otrora directivo y político cumple 83 años, de los cuales varios le dedicó a su amado Puebla, pues su meta era que los camoteros fueran protagonistas del futbol mexicano, algo que logró sobre todo en la temporada 1989-1990 cuando se erigieron como el campeonísimo.
"Hay que darle el mérito a don Emilio por cómo reforzó al equipo de gran forma, porque le apostó a quedar campeón, no se dio en la temporada 88-89, pero a la siguiente le volvió a meter. Trajo a Manolo Lapuente, ‘Chepo’ de la Torre, (Pablo) Larios, Edgardo Fuentes, armó un equipazo, también trajo a ‘Romerito’, paraguayo que jugó en el Barcelona, Emilio le apostó a lo grande y le resultó”, relata Arturo Cañas, miembro del plantel que hizo historia en 1990.
Respaldado por su prolífera carrera como empresario, Maurer invirtió a lo grande en esa campaña para los blanquiazules, contratando desde el Real Oviedo a José Manuel “Chepo” de la Torre, además del paraguayo Julio César Romero “Romerito” quien venía de estar en el Barcelona, y el portero Pablo Larios que había sido mundialista en 1986.
Convenciendo a Manuel Lapuente de que regresara, Maurer formó un equipazo que se convirtió en animador de esta temporada quedando en tercer lugar general y en la Liguilla prácticamente arrasó a sus rivales, sumando solo una derrota en la ida de los cuartos de final ante Correcaminos y pisando firme hasta la final en la que derrotó a Leones Negros, logrando el título de Liga que se sumó al de la Copa México.
Aunque posteriormente la Franja pudo ganar la Copa de la Concacaf y llegar a otra final del futbol mexicano en 1992, los problemas de Maurer con la Federación Mexicana de Futbol y el entonces gobernador Mariano Piña Olaya, lo orillaron a vender al equipo a Juan Bustillos para que luego pasara para la temporada 1993-1994 a manos de los alemanes Udo y Uwe Thoma Kiwus, con lo que llegó a su fin la época dorada del club.
Si bien Maurer pudo regresar asociado a tomar el control del Puebla para lograr el ascenso en 2007, nada ha vuelto a ser como en su abundante gestión de 1990, y desde entonces los enfranjados han estado inmersos en problemas financieros y deportivos, con algún que otro torneo en el que han podido clasificar a Liguilla, pero sin tener el protagonismo de hace 30 años.
