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El Juventus y el Nápoles son investigados por la Fiscalía de la Federación de Futbol italiana (FIGC) debido a presuntas ganancias de capital ficticias obtenidas gracias a una serie de operaciones de mercado, que involucró el fichaje del brasileño Arthur Melo, procedente del Barcelona, en 2020.
De acuerdo con EFE, que cita al diario italiano La Repubblica, Giuseppe Chiné, fiscal de la FIGC, recibió un informe de la Comisión de Vigilancia sobre los Clubes de Futbol (Covisoc, por su acrónimo italiano) respecto de 42 operaciones en las que fueron “inflados” el valor de algunos futbolistas para beneficiar la economía de algunos clubes.
Dos de las operaciones sospechosas es la de Arthur Melo, quien fue centrocampista del Barcelona en 2020 y adquirido por el Juventus por 72 millones de euros y el bosnio Miralem Pjanic, que fue dado al Barcelona por 60 millones de euros.
Según el reporte, dichas operaciones permitieron al club italiano conseguir ganancias de capital de cerca de 50 millones de euros. Las investigaciones señalan también al Nápoles y las ventas que permitieron el fichaje del nigeriano Victor Osimhen en 2020, por el cual pagaron 70 millones de euros al Lille francés.
En este sentido, el italiano Ciro Pamieri fue fichado por el Lille por siete millones de euros; sin embargo, un año después juega en la cuarta categoría del futbol italiano, en el Nocerina.
Otra de las ganancias de capital sospechosa es la venta en 2019 del portugués Joao Cancelo, entonces jugador del Juventus, al Manchester City por 65 millones de euros.
Algo parecido sucedió en 2018 con el club italiano Chievo Verona, que fue sancionado con tres puntos de penalización en la clasificación de la Serie A (Primera División) debido a unos trueques con el Cesena, equipo que terminó quebrado.
