San Pablo Xochimehuacán, una culpa compartida

San Pablo Xochimehuacán, una culpa compartida

Lo sucedido la madrugada de este domingo en San Pablo Xochimehuacán es una tragedia, no se le puede poner otro calificativo, pues como siempre los que menos la deben y la temen resultaron los más afectados.

 

De reconocer es que las autoridades estatales y municipales evitaron una situación con tintes descomunales gracias a la pronta atención de los reportes sobre la fuga de gas que se presentaba.

 

Pero, amable lector, es justo decir que lo que sucedió en esta junta auxiliar es una culpa compartida entre delincuentes, sociedad e incluso algunos funcionarios de medio pelo que ven una mina de oro en el robo de combustibles.

 

Esos criminales, que ven en el robo de hidrocarburos el hacerse pasar por una especie de “Robin Hood” modernos, simplemente tienen el infierno ganado al poner en riesgo a miles de personas con su negocio.

 

Y no hablo del empleado que va y corta el ducto, sino de esos capos que han logrado poner a Puebla en niveles graves en cuanto huachicoleo y huachigaseo.

 

Pero qué cree, amable lector, estos delincuentes no existirían o no tendrían éxito si la misma sociedad no ayudara a fomentar el robo de combustibles, pues miles de poblanos compran tanto gasolina como gas robado para ahorrarse unos pesos.

 

Qué decir de esas empresas gaseras que “bajita la mano” van y recargan sus tanques con gas robado para poderlo vender después como un producto “legal”.

 

Algunas autoridades también vienen a la mente, sobre todo esos pequeños trabajadores que por unos pesos callan todas las irregularidades que llegan a detectar.

 

O diputados como la presidenta del Congreso de Puebla, Nora Merino Escamilla, quien representa a la zona de la ciudad donde más problemas de este tipo se dan y prefiere andar de fiesta en Monterrey que ver por sus representados.

 

Todo, estimado amigo, es un círculo vicioso que de vez en cuando estalla, enterrando en escombros vidas y esfuerzo de años de poblanos que ni la deben y ni la temen.

 

Mención aparte y un reconocimiento merecen el Gobierno del Estado, el Ayuntamiento de Puebla, bomberos y trabajadores de Protección Civil, que en estos momentos tienden una mano a las personas afectadas.

 

También el aplauso va para otros voluntarios que han puesto manos y esfuerzo en salvar las vidas de decenas de animales atrapados en la zona de desastre. A todos ellos, muchas gracias.