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La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó la obesidad como una enfermedad mundial que en el último medio siglo ha incrementado hasta presentar índices de epidemia, por lo cual expertos llaman a tomar medidas para detener este problema, que tuvo un repunte durante los primeros meses de la pandemia de COVID-19, sobre todo por el trabajo en casa y las cuarentenas.
En una mesa de diálogo para abordar el tema organizada por la Universidad de Navarra, la Facultad de Farmacia y Nutrición, Javier Ibáñez, médico del Centro de Estudios, Investigación y Medicina del Deporte (CEIMD) del gobierno de Navarra, dijo que el incremento en estos índices de obesidad se debe al "menor esfuerzo físico en el trabajo, en el transporte y en las actividades diarias de una persona".
Además, el experto explicó que la falta de actividad física incrementó durante la pandemia y las cuarentenas, ya que el trabajo y la escuela se trasladó a los hogares y eso agudizó la mala alimentación y el sedentarismo.
Por ello, dijo que "desde el punto de vista del tratamiento de la obesidad, el ejercicio físico es una herramienta esencial sobre la que se ha investigado mucho de cara a resolver algunos interrogantes que se plantean las personas que quieren perder peso".
Además, el especialista recomendó llevar a cabo ejercicio físico regular combinado con una dieta hipocalórica, es decir, baja en calorías, a fin de favorecer la reducción de peso, pues afirmó que no es suficiente el ejercicio físico, sino que debe ir acompañado de una dieta adecuada para producir una pérdida significativa de peso.
Esta mesa de diálogo fue organizada por la Universidad de Navarra y la Facultad de Farmacia y Nutrición de dicha universidad, en colaboración con el Colegio Oficial de Dietistas Nutricionistas de Navarra con el objetivo de "abordar la alianza entre alimentación y actividad física como pilares fundamentales de un estilo de vida saludable y la pérdida de peso".
