El olor de bebés hace a las madres agresivamente leales y a los padres relajados

El olor de bebés hace a las madres agresivamente leales y a los padres relajados

Foto: Pixabay

El olor de los bebés tiene efectos opuestos en hombres y mujeres: a ellos los tranquiliza, mientras que a ellas las hace agresivamente cuidadoras y fieles, según estudio israelí.

 

Los científicos del Instituto científico Weizmann descubrieron que el olor hexadecanal, una sustancia química que a veces se emite desde la piel humana, especialmente desde las cabezas de los recién nacidos, tiene un efecto completamente diferente en hombres y en mujeres.

 

"Nos sorprendió mucho", dijo Eva Mishor, profesora en el Instituto y autora principal del estudio, en su comunicado oficial.

 

"Nuestra hipótesis era que se trataba de una señal social, que reducía la agresión, pero no esperábamos que causara una reacción diferente en hombres y mujeres. Sin embargo, una vez que comenzamos a observarlo y entenderlo, tenía lógica", señaló Mishor.

 

"El efecto parece tener sentido en la crianza de los hijos, porque en el reino animal la agresión masculina a menudo se dirige contra el bebé, lo que pone en peligro a la descendencia, mientras que la agresión femenina se dirige contra otros mientras la madre intenta proteger al bebé, de allí dicen que es lógico que los niños están más seguros con la madre protectora”, explicó Mishor.

 

LA SUPERVIVENCIA DEL BEBÉ, CONCENTRADA EN SU OLOR

 

El estudio, publicado en Science Advances, indica que la agresión masculina se traduce muchas veces en daño a los recién nacidos. El infanticidio es un fenómeno muy real en el reino animal. Mientras que la agresión femenina generalmente se traduce en exactamente lo contrario, en defensa de la descendencia. Así que este mecanismo del olfato, protagonista del estudio, puede ser en realidad un medio para que un bebé, que tiene una comunicación limitada, aumente la supervivencia al obtener el efecto que necesitan de ambos padres, según los investigadores.

 

El estudio está entre los primeros en proporcionar un vínculo directo entre el comportamiento humano y una sola molécula recogida a través del sentido del olfato.

 

EL EXPERIMENTO

 

El Instituto de Ciencias Weizmann pidió a 60 mujeres y 67 hombres voluntarios, con edades comprendidas entre los 21 y los 34 años, que olfatearan aceite de clavo antes participar en un juego. La mitad estaba mezclada con hexadecanal, que al ser una sustancia inodora, no afectó el olor del aceite.

 

El experimento principal para el estudio consistió en hacer que los participantes jugaran un juego en línea, haciéndolos creer que competían contra otra persona, mientras que el oponente era realmente una computadora.

 

El oponente se comportó injustamente y se les dijo a los participantes que respondieran generando sonidos con solo tocar un botón, algunos de los cuales eran lo suficientemente fuertes como para hacer “explotar” a su oponente.

 

Los investigadores encontraron que las mujeres que habían olfateado el hexadecanal reaccionaron de manera más agresiva al juego, aumentando el volumen y atacando a sus oponentes con un 17,6 por ciento más de intensidad. Mientras que los hombres, que olieron el producto químico, respondieron con un 18,4 por ciento menos de volumen en comparación con los que no lo habían hecho, puntualizó la investigadora.

 

Los científicos también realizaron exploraciones cerebrales en algunos voluntarios y encontraron que, si bien los hombres y las mujeres perciben el hexadecanal como inodoro, su reacción neurológica a él fue muy diferente.

 

“Cuando las mujeres se sintieron provocadas por el juego, aumentó la actividad neuronal que vincula las áreas del cerebro responsables del comportamiento agresivo, y en los hombres se redujo”, aseveró Mishor.

 

Aunque los científicos aún tienen que determinar cuándo o en qué condiciones las personas y otros mamíferos liberan hexadecanal, parece claro que los humanos se están "comunicando" entre sí, inconscientemente, a través de sus olores corporales, explicó.

 

"Los humanos se huelen unos a otros, sus hijos, sus parejas románticas, extraños, todo el tiempo", resaltó Mishor. "Nuestro estudio le da más poder a la noción de que los humanos se comunican a partir de los volátiles químicos que emiten, y que obtenemos mucha información de ellos". (Sputnik)

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