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El caso del bebé muerto hallado en el Cereso de San Miguel podría tener un triste y macabro final, luego de que una pareja de Iztapalapa, Ciudad de México, se trasladó a la ciudad de Puebla para identificar el cuerpo, pues temen que sea su hijo Tadeo, cuyos restos fueron robados de un panteón en Iztapalapa.
Lo anterior de acuerdo con información difundida por Saskia Niño de Rivera, activista y coordinadora de la organización Reinserta, quien dijo que se puso en contacto con los papás del niño, mismos que están en la ciudad de Puebla para entrevistas con la Fiscalía General del Estado.
Según esta hipótesis, los padres narraron que su hijo Tadeo nació el 4 de octubre de 2021, pero enfrentó problemas intestinales por lo que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente, lo cual explicaría la cicatriz en su abdomen.
Esto tuvo un final triste pues Tadeo murió el 5 de enero del 2022 de una hemorragia aguda pulmonar, por lo que al día siguiente fue sepultado en un panteón del municipio de Iztapalapa, en la capital del país.
Pero la semana pasada, cuando comenzaron a circular las múltiples notas acerca de un bebé, con la edad similar y una herida en el abdomen como la de su hijo, los papás decidieron ir al panteón a cerciorarse de que todo estuviera en orden.
Fue al llegar cuando hicieron el macabro descubrimiento de que el cuerpo del menor había sido robado y, además, los trabajadores del panteón los amenazaron para que no hablaran ni denunciaran el caso.
Pese a lo anterior, los papás de Tadeo han decidido iniciar con los trámites correspondientes para identificar el cuerpo y recuperarlo, sin que hasta el momento sepan el motivo por el cual fue exhumado y, mucho menos, por qué fue ingresado al Cereso de San Miguel.
El caso está siendo investigado por la Fiscalía General del Estado y su homóloga de la Ciudad de México deberá de hacer lo propio, toda vez que de acreditarse todo lo anterior, se trataría de una exhumación ilegal, el robo de un cadáver y otros delitos.
