.gif)
Cada cuatro años, miles de fanáticos del deporte esperan los Juegos Olímpicos, evento donde podemos disfrutar de diversas disciplinas que fomentan el espíritu competitivo y de concordia entre las naciones.
No obstante, también cada cuatro años se celebran los Juegos Olímpicos de Invierno, evento que pese a tener diversas competencias emocionantes, no tiene los reflectores que puede presumir la justa que se lleva a cabo en verano.
Los Juegos Olímpicos de Invierno surgieron en 1924, en la ciudad francesa de Chamonix, dando oportunidad de recibir una justa mundial a las localidades donde la nieve es constante durante los inviernos.
En los próximos días estarán iniciando los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, justa mundial que no tiene la difusión necesaria para que la sociedad se entere de su arranque.
Esta no es la única diferencia que se ve entre los Juegos Olímpicos de Verano y los de Invierno, pues hay otros puntos a destacar como la venta de derechos de transmisión, que tiene una diferencia abismal de dinero.
.jpg)
Los Juegos de Verano dejan al Comité Olímpico Internacional (COI) una ganancia de alrededor de 3,500 millones de dólares, mientras que los juegos invernales apenas entregan una derrama de alrededor de 1,500 millones de dólares.
Al ser juegos que se llevan a cabo en nieve, muchas delegaciones de países no participan o lo hacen con menos representantes. Ejemplo es que en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 desfilaron más de 10,500 atletas y en los de Invierno de Sochi únicamente participaron 3,000 deportistas.
Aunque el COI ha tomado en cuenta la posibilidad de incluir nuevas disciplinas para hacer más atractivos los juegos invernales, muchas federaciones se muestran en contra debido a que se pierde la esencia de la justa, argumentando que se terminarán dando medallas por lanzar “bolas de nieve”.
Por supuesto, México es uno de los países que menos participa en los juegos invernales, motivo por el que esta justa es poco seguida en nuestro país, pese a que hay disciplinas muy llamativas.
