Mujeres en Latinoamérica: la desigualdad que sigue impulsando las protestas en el 8M

Mujeres en Latinoamérica: la desigualdad que sigue impulsando las protestas en el 8M

Foto: Pexels

La desigualdad que existe respecto al género aún es muy visible en Latinoamérica. Aunque se cree que las mujeres cuentan con los mismos derechos que tienen los varones, la Unesco, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) y el Colegio de México han desarrollado un documento que muestra las brechas gigantes entre ambos géneros.

 

“Existe la idea de que en realidad las mujeres tenemos los mismos derechos que los varones en todos los contextos e incluso se puede percibir como exagerada la ola verde o las manifestaciones feministas y queremos comunicar que las mujeres jóvenes están en desventajas muy severas, como se vio de manera muy patente con la pandemia: ellas están mucho más vulnerables que los hombres en muchas circunstancias”, compartió la politóloga Laura Flamand durante su entrevista con El País.

 

Con más de 20 países participantes, esta investigación arrojó datos que visibilizan el mal panorama que acecha a las mujeres menores de 30 años que viven en Latinoamérica. Las jóvenes dedican entre 15 y 30 horas más que los hombres a las tareas de cuidados y del mismo modo, reportan el nivel de ansiedad al doble (27% frente a 15%), causada mayormente por su situación económica.

 

La situación laboral es más inestable y precaria: las mujeres tienen en mayor proporción ingresos inferiores al salario mínimo y también ellas padecerán efectos más graves del cambio climático, pero sin tener propiedades o terrenos a su disposición. Estos y otros datos más son los presentados en el documento “Danzar en las brumas. Género y juventudes en entornos desiguales en América Latina y el Caribe” que estos organismos han presentado.

 

 

“En el informe hay evidencia muy contundente que muestra que las mujeres siguen sufriendo profundas desventajas entrecruzadas, no nada más que son indígenas o de bajos ingresos o que se embarazaron a una edad muy temprana, sino que es todo eso junto lo que les vulnera a ellas y a sus familias”, añade Flamand.

 

Pese a que las diferencias no son iguales en todas las regiones, sí hay rasgos que sobresalen en todos los países. Landy Sánchez, socióloga participante en el estudio, afirmó que hay desigualdades “profundamente resistentes a las transformaciones”, como la apertura a la educación universitaria, pero con la exclusión del mundo laboral, fenómeno presentado mayormente en México.

 

Y no solo en ámbitos educativos, en el sector salubre también existen dichas desigualdades, tal es el caso de Colombia, país en el que ha sido despenalizado recientemente el aborto pero que no cuenta con protocolos o recursos en los hospitales y centros médicos de las regiones para hacerlo realidad.

 

El campo laboral, la educación, la salud y todas las implicaciones sociales que aún están “arraigadas” en Latinoamérica no permiten la formación de países equitativos. Este informe no pretende quedarse en la visibilización de estos mecanismos, sino que busca recomendar soluciones a los gobiernos de cada región.

 

En el caso de México, los responsables propusieron la creación de un sistema nacional de cuidados, que permita facilitar el acceso estable y continuado de las mujeres al entorno laboral.

                                                                                                                                       

Esperando la participación del gobernador Andrés Manuel López Obrador, estos organismos desean la colaboración de toda la sociedad para acceder a propiedades, protección social, una mayor capacitación e ingresos, y a una representación política real por parte de las mujeres en México.

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