Imitación de atentados, muy mala noticia en Israel

Imitación de atentados, muy mala noticia en Israel

Foto: Xinhua

Luego de tres atentados por parte de árabes israelíes y palestinos en una semana, en el corazón de Israel y con once civiles muertos, el temor a ataques de imitación crece en el país.

 

Y crece porque ya se ha producido el primero, según todo indica: el de este martes por la noche, en el que un palestino de un pueblo del área de Jenin, Cisjordania, disparó y mató a cinco personas en un suburbio al este de Tel Aviv.

 

Los dos atentados anteriores, ocurridos en los últimos días, fueron reivindicados por el Estado Islámico (EI- prohibido en Rusia) o inspirados en su modus operandi y llevados a cabo por sus simpatizantes.

 

En el primero, un árabe israelí apuñaló y atropelló hasta la muerte a cuatro personas en la entrada de un centro comercial de la ciudad sureña de Beersheva.

 

En el segundo, dos árabes israelíes dispararon contra las personas en una parada de autobús en la ciudad de Hedera, en el norte, matando a dos guardias de fronteras de 19 años, uno de ellos también árabe israelí.

 

El que árabes israelíes, que son los palestinos que quedaron dentro de las fronteras de Israel tras la creación del Estado en 1948, ciudadanos en igualdad de condiciones, cometieran estos actos terroristas es una de las peores pesadillas para los responsables de la seguridad en Israel y, sobre todo, para los árabes israelíes como población general. Por encarnar el "enemigo que vive dentro".

 

"Si distingo que la persona a mi lado del bus o el fontanero o quien sea es árabe, no puedo negarlo, me da miedo", dijo a la agencia Sputnik Anat F., de Tel Aviv. "Se me había pasado, pero ha vuelto. Es un sentimiento que reconozco de la segunda Intifada, detesto sentirme así, pero no lo puedo evitar", lamenta.

 

Desde 2000 hasta 2005, durante la segunda Intifada (que significa "levantamiento" en árabe), docenas de ataques terroristas sangrientos dentro de Israel aterrorizaron a la población.

 

NO LOBO SOLITARIO

 

Sin embargo, el ataque de Bnei Brak, el suburbio superpoblado al este de Tel Aviv, fue llevado a cabo por un palestino de Cisjordania copiando a los dos anteriores, y no lo hizo solo, sino que entrañaba organización.

 

Ahora, con la cercanía de la convergencia de tres grandes festividades de las tres confesiones principales del país, la pascua judía, el Ramadán musulmán y la Semana Santa cristiana, el miedo a que estos ataques proliferen es muy patente.

 

"Malos tiempos para ser árabe en Israel", dijo Amal. "No es que sea en general especialmente bueno ser árabe en Israel, pero cuando hay este tipo de atentados somos blanco del odio generalizado. Y a mí me da muchísima rabia que esos asesinos primero hayan segado vidas humanas y, segundo, nos dificulten tanto la vida a todos los demás".

 

SIN INTELIGENCIA

 

Ninguno de los atentados fue precedido por avisos del servicio de inteligencia israelí, y no es frecuente que les tomen por sorpresa.

 

Pero ya es oficial: Israel está pasando por una ola de ataques terroristas, así lo ha dicho el primer ministro, Naftali Bennett.

 

El servicio de seguridad interna, Shin Bet, trata de investigar si había relación entre los atacantes de los dos primeros atentados y muchas personas sospechosas de tener relación con el EI han sido arrestadas en el norte del país, en ciudades árabes.

 

Y lamentan que el ataque sangriento de Bnei Brak sea, tal vez, la mecha de la imitación que puede prender en Cisjordania.

 

Es de prever que las probables restricciones al movimiento de palestinos que lleguen de Cisjordania a Jerusalén para celebrar el Ramadán sean causa de conflicto. Israel pretendía relajarlas y, si bien no ha anunciado su imposición, es de esperar. Y lo mismo con los permisos de trabajo en Israel para palestinos. (Sputnik)

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