PRI, más lastre que apoyo para el PAN en futuras elecciones

Aunque sus militantes no quieran aceptarlo, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se ha convertido en un instituto político sin fuerza en Puebla, motivo por el que está ansioso de llevar a cabo alianzas electorales.

En 2021, el PRI obtuvo un poco de poder gracias a la alianza que hizo con el PAN y con un PRD que no aportó nada a esta unión de fuerzas, que sin duda fue impulsada al triunfo en diversas alcaldías y distritos por Acción Nacional.

No obstante, pese a no tener la fuerza de hace años y haber logrado mantenerse en el mapa electoral gracias al blanquiazul, el PRI poblano se siente con la fuerza suficiente para colocarse como un partido importante.

Así lo ha dejado ver el líder estatal de este partido, Néstor Camarillo, quien dijo que el PRI está listo para hacer alianza nuevamente con el PAN, de cara a las elecciones de 2024, donde se juega la gubernatura del estado.

Néstor Camarillo ha querido vender al PRI como un partido con capital político y fuerza en el estado, aunque es una realidad que hoy por hoy el PRI es una tercera fuerza política mínima, que no es muy atractiva para el electorado.

De esta manera, el PAN tendría que plantearse cuántos beneficios reales le traería mantener la alianza con el PRI en las próximas elecciones, tomando en cuenta que el tricolor cuenta con menos adeptos que en 2019.

Más que un apoyo, el PRI se convertiría en un lastre para el PAN en 2024, máxime porque el expartidazo estaría exigiendo espacios que no le corresponden, pensando que está en condiciones de pedir buenas posiciones que no ha trabajado en los últimos años.

Es tanta la incapacidad del PRI de ver sus grandes limitantes, que Néstor Camarillo incluso ha señalado que tiene argumentos suficientes para convertirse en gobernador de Puebla, algo que resulta poco creíble por donde se quiera ver.