Atlas vs Chivas, un “polvorín” de violencia que puede estallar

Atlas vs Chivas, un “polvorín” de violencia que puede estallar

La Liguilla del futbol mexicano está a punto de arrancar y con esto un nuevo riesgo de violencia en los estadios debido a los duelos que se darán en cuartos de final, algunos considerados como enfrentamientos con extrema rivalidad.

 

Sin duda, el encuentro que más llama la atención es el que disputarán los Rojinegros del Atlas ante las Chivas Rayadas del Guadalajara, el clásico tapatío que también se puede considerar como un “polvorín” de violencia que podría estallar.

 

 

De entrada, la afición del Atlas no recibió la sanción que merecía luego de la gresca que se presentó en el Estadio Corregidora de Querétaro hace unos meses, pues fue igual de culpable que la afición de Gallos Blancos.

 

La afición de Chivas no se queda atrás en cuanto a violencia, pues basta recordar que hace tres semanas provocó destrozos en el hotel de concentración del Rebaño en CDMX y agredió a algunos jugadores rojiblancos.

 

De esta manera, tanto la afición de Atlas como la de Chivas se deben considerar las más peligrosas de la actualidad en el futbol mexicano, por lo que el clásico tapatío es un duelo de alto riesgo.

 

El peligro aumenta debido a que la Federación Mexicana de Futbol (FMF) y la Liga MX se han visto débiles al momento de emitir sanciones por hechos violentos, provocando que los episodios de agresiones entre aficiones sigan muy presentes.

 

 

Si a esto aumentamos la marcada incapacidad de los guardias de seguridad de los estadios y de los elementos policiacos, entonces el duelo entre Chivas y Atlas no es recomendable para familias, por su propia seguridad.

 

Aunque se ha dicho que las barras visitantes están prohibidas en los estadios, en las últimas semanas esto ha importado poco a los grupos de animación, que han viajado con sus equipos y han estado en los estadios.

 

Entonces, no podemos descartar que tanto en el Estadio Akron como en el Jalisco exista afición visitante, lo que aumenta aún más el ya de por sí alto riesgo que se tiene en el clásico tapatío.

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