La tasa de homicidios con armas de fuego en Estados Unidos aumentó considerablemente durante la pandemia de COVID-19, según una nueva investigación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) del país norteamericano.
Las armas de fuego estuvieron involucradas en el 79 por ciento de todos los homicidios y el 53 por ciento de todos los suicidios en 2020, según el trabajo de los CDC, titulado "Signos vitales", publicado este martes.
Ha habido un aumento histórico del 35 por ciento en la tasa de homicidios con armas de fuego en Estados Unidos, lo que resultó en la tasa de homicidios con armas de fuego más alta en más de 25 años, en el contexto de la crisis de salud pública.
Las tasas de homicidios con armas de fuego son consistentemente más altas entre los hombres, los adolescentes, los adultos jóvenes y los afroamericanos no hispanos, los indios americanos no hispanos y los nativos de Alaska, según los datos.
"El aumento trágico e histórico de los homicidios con armas de fuego y las tasas persistentemente altas de suicidios con armas de fuego subrayan la necesidad urgente de actuar para reducir las lesiones y muertes relacionadas con armas de fuego", dijo la directora de los CDC, Rochelle Walensky, en un comunicado.
La tasa de mortalidad por armas de fuego de Estados Unidos, que es 13 veces más alta que la de otros países de altos ingresos, se ha convertido en un caso atípico a nivel mundial, según Everytown for Gun Safety, una organización estadounidense sin fines de lucro que aboga por el control de armas y contra la violencia armada.
Cada año, más de 40.000 estadounidenses mueren en actos de violencia con armas de fuego, y aproximadamente 85.000 más resultan heridos a tiros. Eso es el equivalente a más de 110 personas asesinadas a tiros cada día en Estados Unidos, con más de otras 200 heridas con disparos.