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La historia de la humanidad está marcada con oficios y profesiones que aparentemente nunca desaparecerán por su capacidad de adaptarse a los nuevos retos de la vida y uno de estos es la contaduría.
Así como la medicina o las leyes, la contaduría es una de las profesiones que más se sigue estudiando y por ello es muy probable que en el Día del Contador tengas a algún conocido, familiar o amigo a quien le puedas hacer llegar una felicitación.
José Alberto Romero estudió contabilidad y actualmente trabaja en un despacho que se dedica a hacer auditorías para empresas, por lo que puede considerarse que logró ejercer la profesión para la que estudió.
Como pasa con los doctores, un contador de confianza es algo que escasea o al menos eso es lo que pensamos cuando estamos ante un problema contable, de esos que caracterizan a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
"No me da mucho tiempo, pero pues unos pesos de más no están mal, así que también hago declaraciones y le llevo la contabilidad a algunos familiares o amigos cercanos, no muchos, porque te digo que no me da tiempo y esto es tardado", explicó en entrevista con Imagen Poblana.
Aunque actualmente muchos de los trámites, incluyendo las declaraciones, pueden presentarse en línea, algunos aún requieren asistencia personal en las oficinas de la Secretaría de Administración Tributaria (SAT).
"Los costos varían, la verdad con esto de que aumentó el espectro de personas sujetas a presentar su declaración, pues a los contadores les llegan más ofertas de trabajo y aunque a veces subes el precio de los honorarios, hay gente que te busca porque le inspiras confianza", señaló.
Cualquier persona que tenga un negocio en regla, sabe que un contador es algo primordial para operar, pues los requerimientos del SAT se han vuelto cada vez más estrictos y exigentes, incluso tan rigurosos que requieren de especialización.
