Secuelas, consecuencias persistentes pese a baja mortalidad del COVID-19

Secuelas, consecuencias persistentes pese a baja mortalidad del COVID-19

Foto: Unsplash

En los últimos meses, la mortandad del COVID-19 ha presentado una disminución considerable en México, lo que también ha provocado un desbordamiento social que no permite que los contagios dejen de presentarse diariamente, aunque ya sin consecuencias fatales.

 

Este espejismo que presenta en estos momentos el coronavirus puede traer otro tipo de consecuencias a futuro, pues aunque alguien que enferme ya tiene un muy bajo riesgo de morir, todavía debe tener en cuenta las secuelas que deja esta enfermedad y que pueden ser graves.

 

 

Los mexicanos tendrían que recordar que terminando un contagio de COVID-19 pueden presentarse secuelas que incluyen una amplia variedad de problemas de salud en curso, además de que dichas afecciones pueden durar semanas, meses o hasta años.

 

Si bien es cierto que las secuelas se presentan en mayor medida en personas que enfermaron de gravedad de COVID-19 o si presentaron síntomas fuertes, algunos estudios sugieren que incluso pacientes asintomáticos pueden desarrollar consecuencias tras salir del contagio.

 

Debemos recordar que entre las secuelas que se pueden considerar leves está el cansancio persistente y, en algunos casos, fiebres esporádicas y dificultad para respirar, algo que se puede seguir presentando meses después de haber resultado infectado.

 

Tos, dolor de pecho y taquicardias son otras de las secuelas que han reportado algunos mexicanos tras padecer COVID-19, además de la llamada “neblina mental”, que consiste en dificultad para pensar y concentrarse.

 

 

Por supuesto no se pueden dejar de lado las migrañas, los problemas para dormir, los mareos y los problemas estomacales, así como el dolor muscular o en articulaciones, sarpullido y alteraciones en el gusto y olfato.

 

Dos secuelas que llaman la atención por su gravedad son la depresión y la ansiedad, pues muchas personas han reportado problemas emocionales graves luego de un contagio, lo que también podría disparar los índices de suicidios.

 

El tener el esquema completo de vacunación es una de las armas más poderosas para evitar este tipo de secuelas, aunque esto tampoco es garantía de que no se lleguen a presentar.

 

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