23 años después, poblanos aún sufren secuelas del sismo de 1999

23 años después, poblanos aún sufren secuelas del sismo de 1999

Foto: Enfoque y Unsplash

Eran las 15:41 horas del 15 de junio de 1999 cuando las casas, oficinas e inmuebles públicos de Puebla comenzaron a sacudirse debido a un sismo de magnitud 6.7 con epicentro en el municipio de Tehuacán.

 

A 23 años de aquel día los efectos tanto materiales como sicológicos parecieran seguir ahí, pues aquellos que rebasan los 30 años tienen un recuerdo fresco de las muertes y destrucción que provocó el temblor.

 

Con otros eventos telúricos después de aquel desastre, como el sismo del 19 de septiembre de 2017 que también causó daños materiales considerables y pérdidas humanas en Puebla, ¿está lista la sociedad para enfrentar un nuevo sismo de tales magnitudes?

 

Imagen Poblana consultó a Eliézer Roldán Pérez, especialista técnico con experiencia de varios años en Protección Civil Municipal de Puebla, quien ahora funge como jefe de Rescate Urbano de la corporación Rescate y Primeros Auxilios de Puebla.

 

Eliézer fue uno de los rescatistas de Protección Civil Municipal que participaron en las labores de ayuda por el sismo de septiembre de 2017 y, desde su experiencia, ninguna sociedad, incluyendo la de Puebla, está lista para enfrentar el desastre de un sismo o un terremoto.

 

Esto se debe al carácter impredecible de los sismos, a diferencia de otros desastres naturales como los huracanes o las inundaciones, pues aquí no existen minutos que permitan evacuar un edificio o alejarte de zonas de riesgo.

 

"La sociedad nunca va a estar preparada para un sismo y menos de las magnitudes como las anteriores. Ahorita Puebla, con la infraestructura que tiene, con los grandes edificios que tiene", explica Eliézer al considerar que es muy difícil que algún país o estado pueda decir que está listo para algo así.

 

Desde su perspectiva, los traumas y secuelas sicológicas también repercuten, pues mucha gente vivió el sismo de 1999 en la calle; algunos vieron a personas morir o ser lesionadas por las estructuras que colapsaron, antecedentes que se agravaron con lo ocurrido en el 2017.

 

En el aspecto estructural, mencionó que aún hay inmuebles en el centro histórico de Puebla, principalmente casonas, que continúan dañados por el temblor de 1999, y aunque se han hecho notificaciones desde el área de Protección Civil no siempre es posible localizar a los dueños.

 

"Por ejemplo, los edificios en el centro histórico siguen dañados, algunos han sido reparados pero otros no, ya han sido notificados por Protección Civil como zona de riesgo las casonas, más que nada, pero en ocasiones no se sabe quiénes son los propietarios", explicó.

 

Con este panorama surge otra interrogante: ¿qué hacer para estar mejor preparados?

 

De acuerdo con Eliézer, cuando se habla de prevención no hay más que aumentar las campañas de fomento para las mochilas de emergencia, así como aprender y enseñar las reglas básicas de cómo actuar en una emergencia.

 

Pero desde el sector público podría hacerse más, consiguiendo más personal y dotándolo de mayores herramientas especializadas para atender emergencias.

 

Explicó que actualmente trabaja en fomentar la cultura de la capacitación en los cuerpos de rescate urbano, que son los que más trabajo tienen en un sismo, por lo que deben de tener conocimiento actualizado y práctico de rescate en estructuras colapsadas, rescate con cuerdas, entre otros.

 

"La finalidad es capacitar a todo el personal en cuanto a rescate urbano y conformar una fuerza de tarea que sepa manejar este tipo de situaciones, como búsqueda y rescate, apuntalamiento en estructuras colapsadas, rescate con cuerda y extracción de vehículos", declaró.

 

Finalmente, consideró que hay personal capacitado, que es muy bueno y que está en distintas corporaciones, "el problema es que hace falta infraestructura, es decir, herramientas especializadas, más personal", manifestó.

Notas Relacionadas