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Con la llegada de las vacunas contra el COVID-19, las secuelas más comunes de esta enfermedad se han presentado con menos frecuencia, pero los especialistas han descubierto que ahora los efectos posteriores a esta afección podrían estar en el cerebro.
Recientemente, la revista Nature publicó un artículo sobre los efectos neurológicos que sufren los pacientes después de contraer coronavirus, que se agrupan en un padecimiento que recibió el nombre de “niebla mental”.
Según el estudio, se trata de un síndrome neurológico que ocasiona la pérdida de memoria, dificultad para encontrar palabras, déficit de atención y una facilidad para abrumarse al hacer tareas que antes parecían ser simples.
El informe del doctor Mitchell Elkind del NewYork-Presbyterian/Columbia University, sostiene que el virus SARS-CoV-2 atrofia los astrocitos, que es un tipo de célula del cerebro que se encarga de múltiples funciones básicas.
Entre los efectos mentales también está la depresión y la fatiga, pero el estudio destaca a la “niebla mental” por ocasionar confusión y olvido de cosas simples a los pacientes que en algún momento estuvieron contagiados de COVID-19.
La infección de los astrocitos, señala el estudio, no provoca como tal un daño neuronal definitivo, pero sí causa disfunciones temporales que requieren atención.
¿Tiene tratamiento?
Los especialistas señalan que la “niebla mental” no es una enfermedad propiamente dicha, pero sí es un trastorno que se manifiesta tras un detonante específico y que tendrá repercusiones distintas según cada persona.
Si este padecimiento se manifiesta a través de depresión, entonces el paciente podría recibir tratamiento con antidepresivos, pero si el síndrome aparece con otro síntoma, entonces un especialista deberá hacerse cargo de recetar los medicamentos correspondientes.
Es necesario que los enfermos reciban atención especializada para hacer el diagnóstico, pues el estudio también señala que se debe establecer si hay una falla en el flujo de sangre hacia el cerebro.
