Viruela del Mono: Qué sí y qué no nos debe preocupar

Viruela del Mono: Qué sí y qué no nos debe preocupar

La humanidad no ha logrado superar la pandemia de COVID-19 por completo y a dos años y medio de que surgió esta enfermedad, ahora nos debemos comenzar a alertar por la viruela del mono, virus que ya recibió la declaración de emergencia sanitaria por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

El origen de este patógeno se remonta a la década de los 50 en África, por lo que no es una afección nueva. A pesar de esto, la sociedad mundial tiene todavía muchas dudas de lo que puede causar este virus que se está propagando en varios países.

 

Hasta el momento, España es el país fuera del Continente Africano que tiene más casos detectados de la viruela símica, pero eso no significa que no esté presente en otras naciones, como México, con casos en Nuevo León y en Tabasco.

 

 

Si bien es cierto que se debe estar alerta respecto a este virus, también se debe dejar en claro que, contrario a lo visto con el COVID-19 al inicio de la emergencia sanitaria, la viruela del mono no se presenta como una enfermedad que pone a las personas en grave riesgo de muerte.

 

De hecho, informes de naciones con mayor número de casos señalan que las infecciones son leves y en muchas ocasiones no se presentan complicaciones que lleven a los pacientes a ser hospitalizados.

 

Vayamos por partes. La viruela del mono es un virus que se transmite principalmente por tener contacto directo con animales infectados de esta enfermedad; sin embargo, en el actual brote se está dando por la interacción entre personas.

 

Es decir, la vía de transmisión más común en este brote ha sido la sexual, pues el intercambio de fluidos se ha colocado como la causa principal de la propagación que se está dando en la actualidad. De acuerdo a reportes de la misma OMS, la comunidad LGBT es la que más riesgo tiene de contagiarse.

 

 

En este sentido, la organización ha buscado que esta información se trate de manera adecuada y sin satanizar a un sector de la población, tal como pasó con el estigma que cargó la comunidad homosexual cuando el virus del SIDA comenzó a propagarse en los 80.

 

Por otra parte, la sociedad debe dejar de pensar que la viruela del mono es una enfermedad que se puede quedar en el aire o que tiene diversas vías de propagación como el COVID-19, ya que se ha insistido que solo el contacto muy cercano con personas infectadas y la manipulación de ropa y sábanas de enfermos puede provocar contagios.

 

Lo que es cierto es que se recomienda el uso de cubrebocas cuando se esté en contacto con las personas que presenten síntomas propios de esta afección, que van desde la fiebre y los dolores musculares, hasta la aparición de ronchas que resultan dolorosas para aquellos que tienen este virus, para el que afortunadamente sí hay vacuna.

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