Caro Quintero no es extraditable

Caro Quintero no es extraditable

En inútil defensa de la alcaldesa cuatrotera de Tijuana, Montserrat Caballero –la misma que fue fotografiada bebiendo cerveza en el recinto del Congreso de BC cuando fue diputada local--, quien en una inusitada declaración ya instituyó el cobro de piso en la ciudad fronteriza, Adán Augusto López nos salió con el cuento de que a la señora la traicionaron los nervios. Sin temple ante la emergencia, pues. 

 

Eso, no obstante que la presidenta municipal se sostiene en su macho y reitera que, conscientemente, sí dijo lo que dijo. 

 

Quienes, en cambio sí fueron víctimas de un ataque no sólo de nervios, sino de pánico escénico que se reflejó no sólo en sus deshilvanadas palabras, también fulguró en su lenguaje corporal, fueron AMLO y cuando menos dos de los integrantes de su gabinete de dizque seguridad. 

 

El ocupante –con todo y tropas-- de Palacio Nacional justificó el terrorismo desatado por grupos criminales arguyendo, que no argumentando, la cantaleta de siempre que, de no ser por sus fanatizados seguidores, ya nadie se traga: “sus adversarios”, “los conservadores”, “corruptos”, “montaje propagandístico”, etcétera, etcétera.  

 

Con una lentitud y lenidad notorias, hasta señaló a Estados Unidos y, por ende, a sus servicios de inteligencia, de no saber lo que pasa realmente en México y de haber caído en la trampa de aquellos a quienes también llama “fifís”, por el simple hecho de alertar a sus ciudadanos de los riesgos que correrían en las entidades donde se escenificaron los actos de terrorismo. 

 

Y tenso, muy tenso, balbuceando con la palabra “minimizar”, el titular de Gobernación afirmó que la estrategia actual contra la inseguridad ha funcionado. Que lo sucedido fue en represalia por el buen trabajo gubernamental ante los éxitos del gobiernito frente a los carteles. 

 

Afirmativo, señor, el “laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même” o, en español, el “dejar hacer, dejar pasar, el mundo va solo”, les ha resultado ¡de-ma-ra-v-lla! 

 

Y tartamudeando, sin poder ligar una frase con la siguiente, el general secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, penosamente reiteró el bla, bla, bla de que la estrategia de su comandante supremo ha funcionado y que las organizaciones criminales, a manera de publicidad, quieren enviar el mensaje de que son fuertes, cuando en realidad se ha ido minando la estructura criminal y económica que son las fuentes de su financiamiento. 

 

Pareciera que salen a dar la cara a los medios con temor de hacer enojar a aquel de quien son secretarios y al que sirven más allá de la lealtad. Mintiendo. Engañando. Con un servilismo que pocas veces se ha visto. 

 

La verdad de los hechos es otra. Muy distinta a lo que farfullan estos tipos desde Palacio Nacional. 

 

¿No cree usted? 

 

 

No es defensa. Sólo es una opinión jurídica 

 

 

Videos que circulan en redes sociales, supuestamente protagonizados por miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación, señalan que la ola de violencia, asesinatos de civiles e incendios que atestiguamos con terror la semana anterior, son en defensa del Cartel Sonora.

 

No lo dicen, pero quizá sea en represalia por los inocultables deseos de los principales exponentes de la (mal) llamada Cuarta Transformación, de extraditar a Rafael Caro Quintero hacia los Estados Unidos. 

 

Para, una vez más, quedar bien con las agencias estadounidenses –la DEA, particularmente--, aunque se rompa el orden jurídico que ya parece ser una constante en la arbitraria y muy condenable conducta del señor Andrés Manuel López Obrador

 

La opinión experta del abogado Carlos Pérez Chow, en unas cuantas líneas, clarifica el asunto. 

 

Y previo a ello aclara que no se trata de defender al narcotraficante, sino sencillamente de dar su punto de vista. 

 

Así que, ni legalmente, ni menos aún por la ridícula “política de abrazos y no balazos”, debido a que “cantaría” ante la Corte de California y/o de Nueva York todo lo que sabe de muchos funcionarios de esta y anteriores administraciones. 

 

Primero, Caro Quintero tendría que ser juzgado en México, donde sería menos probable que se soltara un corrido o el aria de una ópera de Giussepe Verdi

 

Porque pasó casi tres decenios encarcelado en distintas prisiones y nunca fue sentenciado. 

 

La extradición no precede si, en alguno de los estados de la Unión Americana existiese la pena de muerte, tal y como se lee en el artículo 10, capítulo V, del Tratado de Extradición México-EU. 

 

Pero, peor todavía, dicho Tratado de Extradición es inconstitucional: Es de 1978 y lo firmó el Secretario de Relaciones Exteriores Santiago Roel, cuando es facultad exclusiva del Presidente de la República. Y don José López Portillo no estampó su entonces poderosa firma en el documento (76-I, 89-X y 133 Constitución). 

 

En el proceso debe intervenir el Fiscal General (7 Ley Extradición). 

Habría falta de fundamentación (14 Constitución). 

 

Por lo que por la vía de amparo se detendría la orden de extradición (33 Ley Amparo).  

 

No es defensa, solo opinión jurídica. 

 

 

¿Obstinación o necedad del precandidato? 

 

 

El precandidato del PAN a la gubernatura del Estado de México Enrique Vargas mantiene una posición irreductible. Sea como sea –una variante del “haiga sido como haiga sido, de Felipe Calderón, aunque en tiempo presente--, él estará en la boleta electoral del 4 de junio de 2023, según ha dicho a colegas que lo han publicado. 

 

Lo peor es que, de acuerdo con las mismas fuentes, el dirigente nacional del blanquiazul Marko Cortés ha secundado a quien hoy es diputado en el Congreso mexiquense, luego de haber sido alcalde de Huixquilucan, donde heredó el cargo a su esposa. 

 

¿Quiere decir esto que Cortés y Vargas romperán la coalición PRI-PAN-PRD? 

 

Muy temprano para afirmarlo. 

 

Pero si tales fueran sus intenciones, en el 2024 no habría una real competencia electoral para enfrentar a Morena, como es deseo mayoritario de la sociedad informada. 

 

¿Cómo lo ve usted?