.gif)
En el Partido Acción Nacional (PAN) de Puebla se ha tomado la decisión de incluir a todas las voces, por muy desprestigiadas que estas sean, pese a que muchas no cuenten con la amistad ni mucho menos la simpatía de los líderes de este instituto político en el estado.
Para evitar cualquier tipo de conflicto, hay personajes francamente impresentables que son “cortésmente” rechazados. O al menos, con mucha educación se les dan señales de que simplemente no serán tomados en cuenta en nada en Acción Nacional.
En ese selecto grupo de panistas arropados pero rechazados, está el señor Javier Lozano Alarcón. Sí, el mismo que traicionó al PAN en 2018 y se sumó a la campaña del priista José Antonio Meade, diciendo pestes del partido que le abrió las puertas cuando también fue rechazado del tricolor.
En diversos eventos se ha hecho el aparecido Javier Lozano y aunque todos los liderazgos panistas lo saludan con cierto “afecto”, es de todos sabido que sus sueños de ser candidato a la gubernatura o a cualquier cosa simplemente causan risa entre los panistas poblanos.
Y eso se puede ver en estos eventos, donde la plana mayor del panismo siempre ocupa los primeros lugares de asientos, relegando a una tercer y hasta cuarta fila a un Javier Lozano, que es en estos momentos el menos importante de los panistas.
Vaya, hasta el desprestigiado Inés Saturnino tiene más aceptación que el mismo Lozano Alarcón, así es el tamaño del rechazo que ha acumulado el exsenador.
Podría apostar que a Lozano Alarcón le permiten la entrada a los eventos panistas y lo “arropan” solo para darle el avión, a fin de tampoco avivar el espíritu porril que los caracteriza, actitud que fue bien aprendida por su principal alumno, el otro impresentable Pedro Gutiérrez.
En fin, bien hace el PAN en no darle argumentos a Lozano Alarcón de convertirse en el Fernández Noroña del panismo poblano, pues gritos y sombrerazos de personajes como el exsecretario del Trabajo solo son una pérdida de tiempo en cualquier partido político.
