Orfandad, la dura realidad de los menores en desamparo

Orfandad, la dura realidad de los menores en desamparo

Foto: Enfoque

Los menores en orfandad representan un grave problema social debido a lo complejo y engorroso que pueden ser los trámites de adopción en la mayoría de los países del mundo, de ahí que existen varias fechas que buscan concientizar sobre este fenómeno.

 

Una de las más reconocidas es la que conmemora el Día Mundial de los Huérfanos el segundo lunes de noviembre, siendo este año hoy 14 de noviembre, con la finalidad de concientizar sobre el panorama actual que viven millones de niños en situación de orfandad.

 

El fenómeno de la orfandad es multifactorial y no solamente contempla niños cuyos padres han muerto sino también aquellos que han quedado abandonados, aunque en algunos países también hay menores que quedan en orfandad a causa de la delincuencia o, más recientemente, por enfermedades, como fue el caso del covid-19.

 

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en el país hay aproximadamente 40,000 niños, niñas y jóvenes menores de edad que viven en situación de orfandad, quienes están distribuidos en poco más de 900 albergues en todo el país.

 

Sin datos oficiales actualizados, se estima que aproximadamente hay cerca de 1,000 niños que viven en orfandad tan sólo en Puebla, la mayoría de ellos en albergues particulares a la espera de ser adoptados.

 

De este número, aproximadamente 150 menores llegaron durante la pandemia del covid-19, debido a que sus padres o tutores perdieron la vida a consecuencia de esta enfermedad y no tuvieron algún familiar que pudiera hacerse cargo de ellos.

 

El protocolo que se aplica para la protección de menores en orfandad es similar en todos los estados de la República debido a que está homogeneizado con el Sistema Nacional DIF, incluso existe un protocolo especial para la atención de menores en orfandad cuyas madres fueron víctimas de delitos como feminicidio.

 

El protocolo para atender a este sector de la infancia señala que lo primero es dar parte a las autoridades correspondientes para tener en resguardo al menor, que en este caso sería el Sistema Estatal DIF o los sistemas municipales especializados en el desarrollo integral de la familia.

 

Los sistemas de atención a la familia se encargarán de encontrar un albergue con capacidad para resguardar al menor, dependiendo de su ubicación, su edad y hasta su género, ya que existen algunas instituciones que se especializan en adolescentes y otras en bebés.

 

Los menores cuyos padres biológicos o tutores legales no estén en posibilidades de seguir cuidando al menor, ya sea por muerte o abandono, indudablemente tendrán que estar en un albergue por un tiempo, mientras se verifica si existe algún familiar directo que pueda hacerse cargo de él.

 

En caso de que los familiares acudan y soliciten la custodia, se comenzará un trámite legal para que un juez de lo familiar otorgue el resguardo y finalmente pueda abandonar el albergue, de lo contrario, tendría que quedarse a cuidado del Estado.

 

La vigilancia y cuidados del Estado sobre un menor en orfandad son los mismos que debe brindar un padre o tutor legal o biológico, por lo que esta se mantendrá durante todo el periodo que corresponde a la minoría de edad, es decir antes de los 18 años.

 

Una vez que el menor obtiene la mayoría de edad podrá tener una decisión sobre su futuro, situación que ocurre con la mayoría de los jóvenes que no son adoptados y que viven su infancia y adolescencia en algún albergue,

 

Dependiendo del lugar en que estén resguardados, algunos albergues ofrecen capacitación para integrarse a la vida laboral, por lo que aunado a los estudios que hayan logrado hacer, podrían estar capacitados en algún oficio para que puedan sostenerse por su cuenta.

 

Evidentemente existen muchas fallas en el sistema que provocan que muchos niños en esta condición no logran integrarse de manera óptima a la vida laboral o continúen con su vida escolar, principalmente por la falta de recursos con la que opera la mayoría de los albergues u orfanatos.

 

Cabe señalar que por parte de las autoridades no hay cifras oficiales acerca del número de menores que han sido dados en adopción; sin embargo, el INEGI señala que a nivel nacional durante los últimos cinco años apenas 70 menores han sido adoptados en todo el país.

 

Esta situación confirma lo complicado que es para una familia promedio acceder a un proceso de adopción y concluirlo de forma exitosa, pues si bien las autoridades señalan que los trámites son exigentes para garantizar la seguridad de los menores, lo cierto es que pueden llegar a ser casi imposibles de cubrir.

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