Monreal: El valor de la palabra

Monreal: El valor de la palabra

Fueron solo palabras, lo sé. Enjundiosas, sí. Pero también resonaron extrañas, distintas, frente a la actual oratoria del poder. 

 

Una especie de oasis discursivo en el pedregal de los insultos, las descalificaciones y hasta el odio de aquellas frases que la mayoría de las mañanas son emitidas desde Palacio Nacional. 

 

Y ante la ausencia de resultados del Ejecutivo Federal… 

 

… cabeza de un gobiernito en el que se habla y habla –y en la que sus colaboradores no tienen voz propia, pues él es su ventrílocuo--… 

 

… pero que vez resulta menos convincente porque sus palabras no empatan con la realidad que se vive en el cada vez más confrontado y empobrecido México… 

 

… las que este reciente sábado pronunció el senador Ricardo Monreal sonaron a la promesa de un bálsamo que reunificará y sacará al país del pozo cuatrotero. 

 

Muy importantes son las palabras.  

 

No se trata de medir cada una de las frases, como si de eso dependiera, en realidad, el resultado de una elección o la popularidad de un gobierno.  

 

Pero las palabras sí pesan. 

 

Quedan grabadas. 

 

Y más si ellas describen promesas, establecen compromisos. 

 

Lo que sí es conveniente es contar con una retórica que sea consciente del momento que se está viviendo.

  

Y las palabras de Monreal, este sábado, juegan un papel clave. 

 

Anuncian la posibilidad de que todos, sin exclusiones, regresemos a vivir el gran relato de la grandeza de México. 

 

De la grandeza de su población. 

 

Siempre y cuando por fin conciliemos nuestra diversidad y, sobre todo, acabemos con nuestra eterna confrontación, llevada a los extremos de la polarización durante los últimos cuatro años. 

 

 

¿Y qué piensan las “corcholatas”? 

 

 

Fue un gran discurso. 

 

Como el que nunca hemos escuchado de las llamadas “corcholatas” ni por el propio “destapador”. 

 

Los tres primeros, lastimosamente, carecen de voz propia. 

No sabemos quién es, ni cómo piensa, ni qué podría hacer la señora Claudia Sheinbaum

 

Hasta ahora y desde hace décadas ha actuado como imitamona. 

 

Apenas un poco de Marcelo Ebrard, quien sigue a pie juntillas lo que le ordenan en el Despacho Presidencial, y quien incluso actúa en contra de los principios que hace años lo conducían. 

 

De Adán (Augusto) López… ¡nada!, excepto, claro, su carácter represor –recuérdese su actuación en Tabasco-- o hasta el sólo ser una herramienta de AMLO para el chantaje político que él confunde con la negociación. 

 

En cambio, el eje del discurso monrealista fue la reconciliación, frente a la polarización que el mismísimo López Obrador ha alimentado entre quienes aspiran a sucederlo al frente de la cada vez más próxima Administración federal. 

 

Sobre todo, la “favorita” golpeando casi a diario al líder senatorial. 

 

 

A cada provocación, mejor la reconciliación 

 

 

“La reconciliación tiene que surgir de la colaboración entre los mexicanos y las mexicanas.  

 

“El Gobierno, la sociedad civil, los medios de comunicación y todos los partidos políticos tienen que colaborar. No hay voces que no sean escuchadas, no hay preocupaciones que queden fuera o propuestas que no se contemplen. 

 

“Colaborar es nuestro camino para reconciliar. 

 

“Yo entiendo la importancia de colaborar, el apoyo y el trabajo tan duro que requiere cambiar las cosas”, dijo Monreal entre otras muchas frases dignas de la mejor consideración. 

 

Y remató su larga alocución con un exhorto. 

 

“Andando, hicimos camino para mejorar nuestro país, y ahora me da esperanza y fuerza renovada, saber que seguimos haciendo camino con la mirada fija en lograr algo más grande para el beneficio común. 

 

“Por ello ahora, quiero decirles a ustedes: no estamos solos, no están solos y si podemos y debemos reconciliar a México, hagámoslo.

 

Podemos iniciar desde aquí ahora, al salir de aquí, por ejemplo, busquemos ver a la gente como valiosa, como posible aliada y que forme parte de nuestra fuerza para lograr un México próspero y con justicia social. 

 

“Respondamos a cada provocación, con propuesta de reconciliación y recordemos que destruir a un país con división, descalificación, no tarda más que un instante, un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, reconstruir, reconciliar es más lento y requiere paciencia: tardaremos en volver a tenernos confianza. 

 

“Debemos estar preparados y preparar para ello toda nuestra energía y toda nuestra fuerza. 

 

“Pero no pierdan la paciencia, sean persistentes y apoyemos, apoyémonos en el camino. 

 

“No pensemos en la fractura, la división, no nos diluya la desconfianza y la descalificación. Que no nos invada este espacio y sin alejarnos, de por medio construyamos puentes para acercarnos a la gente que ama México, porque es México el que nos identifica.” 

 

Fueron solo palabras, lo sé.  

 

Enjundiosas, sí.  

 

Pero también resonaron extrañas, distintas, frente a la actual oratoria de permanente confrontación desde el poder. 

 

 

Indicios 

 

 

Enojado como ya está siempre, ¿cuál será la reacción de AMLO al discurso monrealista del sábado? ¿Más acciones delictivas en Zacatecas, donde su hermano David Monreal despacha como gobernador? ¿Más descalificaciones? O, acaso, en un gesto de generosidad que por ahí debe traer muy escondida ¿por fin lo invitará a desayunar, aunque sea con tamales de chipilín? * * * En un video que corre por las redes, Guadalupe Acosta Naranjo, ex compañero de muchas batallas del actual Presidente, y quien por ende lo conoce más que bien, nos da una pésima noticia: López Obrador se pondrá cada vez peor: más rencoroso, más vengativo, realizará más acciones en contra de la democracia en su loco afán de reelegirse a través de una dócil interpósita persona. ¿Sheinbaum? * * * Y no fue sino hasta ayer que a muchos “les cayó el veinte” del porqué el tabasqueño dice que tener un solo par de zapatos, un pantalón y una camisa es suficiente. También cuál es la causa de que preconice la “pobreza franciscana”. La razón de que su fallida gestión no brindó apoyos económicos para que no se perdieran empleos durante la pandemia. ¡Porque quiere que cada vez haya más y más pobres! Ayer domingo aseguró que de no ser por los pobres su gobiernito ya hubiera sido derrotado y sometido, para convertirse en pelele de los grupos conservadores. Durante la ceremonia con motivo del 112 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, el mandatario sostuvo que, sin el apoyo de los mexicanos más desfavorecidos, su Administración se hubiera visto obligada a obedecer los caprichos de quienes ostentan el poder económico en el País. * * * Y por hoy es todo. Siga disfrutando el “puente”, Feliz regreso a casa y, como siempre, deseo que tenga ¡buenas gracias y muchos, muchos días!