MIB, el museo que nunca fue

MIB, el museo que nunca fue

Foto: Enfoque

El 4 de febrero de 2016 se hacía la inauguración oficial del Museo Internacional del Barroco en Puebla, pero a más de seis años de dicho acontecimiento, el inmueble se prepara para una reinauguración que pretende rescatar la millonaria obra que ha sido un elefante blanco durante los últimos años.

 

Más allá de si el inmueble era o no funcional, lo cierto es que significó una deuda importante para los poblanos, ya que los gastos de operación y construcción fueron costeados a través de un esquema conocido como Proyectos de Prestación de Servicios (PPS) mediante el cual el gobierno pagará aproximadamente 23 millones de pesos mensuales hasta el año 2039.

 

El costo total de la obra para cuando se haya concluido el crédito será de aproximadamente 8,000 millones de pesos entre gastos de construcción y de operación, lo cual contrasta con otros museos de mayor trascendencia en el país como puede ser el Museo de Antropología e Historia y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, ambos en la Ciudad de México, los cuales operan con aproximadamente 5 millones de pesos al mes.

 

 

El proyecto

 

El Museo Internacional del Barroco fue una de las tantas magnas obras que llevó a cabo el gobierno del panista Rafael Moreno Valle, mediante las cuales trató de construir un legado a su imagen en la entidad, por lo que en su momento el proyecto fue presentado como uno de los de mayor importancia desde el diseño hasta el acervo con el cual contaría.

 

A pesar de que se trata de un sitio que pretendía resaltar el arte barroco que está tan arraigado en Puebla, desde afuera el Museo Internacional del Barroco tiene una estructura moderna, blanca y con un estilo controversial que puede gustar o no a muchas personas.

 

El edificio fue diseñado por el arquitecto japonés Toyo Itó, quien fue galardonado con el Premio Pritzker de Arquitectura en el año 2013, siendo el encargado de crear este museo con una extensión de 18,000 metros cuadrados, el cual presuntamente tendría un acervo propio y exposiciones temporales con obras prestadas.

 

Durante la inauguración de esta obra participó el entonces secretario de cultura federal, Rafael Tovar y de Teresa, toda vez que dicha dependencia aportó 500 millones de pesos a fondo perdido, como parte del Fondo Nacional de Infraestructura, que terminaron por ayudar a las primeras aportaciones en el proceso de construcción.

 

Sobre el acervo se indicó que el inmueble contaría con ocho salas permanentes entre las cuales destacaba Teatro Mundi; Angelópolis; Sentimiento Barroco; Pintura y Escultura; Letras Barrocas; Deleitar y Conmover; Artificios Diluidos; y Barroco Contemporáneo, las cuales tendrían salones interactivos e innovadores, así como vanguardistas.

 

El museo de dos plantas contaría con espacios para albergar las salas permanentes y también exposiciones temporales, además de tener un auditorio, terraza y un enorme patio exterior, así como un estacionamiento de dos niveles.

 

También se indicó que al momento de la inauguración, el Museo Internacional del Barroco presentaría obras prestadas por otros museos, fundaciones y personas físicas como la Fundación Jenkins; el museo Franz Mayer; la Pinacoteca del Templo de la Profesa; Ángel Trauwitz; Armando Bejarano; Rafael Tovar y de Teresa; y hasta el padre Francisco Vázquez, rector de la Catedral de Puebla.

 

Pero para poder llenar algunas de las salas también se recurrió al desvalijamiento de otros espacios como el museo José Luis Bello y González, a pesar de que su acervo fue donado con la condición de que se mantuviera resguardado en el inmueble original, por lo que trasladarlo al Museo Internacional del Barroco era una violación ha dicho acuerdo.

 

 

La concepción del modelo de este museo siempre tuvo complicaciones, pues si bien Puebla está reconocida como un referente en el arte barroco, lo es principalmente por la arquitectura que alberga en los inmuebles del centro histórico de la ciudad, y no precisamente por un enorme acervo referente de esta época.

 

El rescate

 

Es a más de seis años de su inauguración que el gobernador Miguel Barbosa Huerta anunció que para el próximo 12 de diciembre este museo, ubicado en la Reserva Territorial Atlixcáyotl, reabrirá sus puertas al público para poder ofrecer nuevas exposiciones con obras propias que busquen darle sentido a este inmueble por el cual el gobierno está pagando millones de pesos al año.

 

Con esta propuesta se busca revivir el Museo Internacional del Barroco, que a pesar de lo imponente que es a la vista, nunca se caracterizó por despertar el interés de la gente, quien continúa decantándose por visitar otro tipo de museos como los del centro histórico o los de la zona de Los Fuertes.

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