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Las jornadas de protestas que afectan a Perú desde diciembre pasado han sumergido en una profunda preocupación e incertidumbre a los comerciantes de las diferentes regiones del país, incluidos a los de la ciudad de Lima, que en la última semana fue escenario de choques entre manifestantes y elementos de la Policía Nacional.
Aunque la gran movilización denominada "Toma de Lima" no presionó lo suficiente el pasado 19 de enero como para que renunciase la presidenta Dina Boluarte, sí causó daños a la ciudad que superaron los 200.000 dólares y, además, golpeó a los comercios ubicados en el centro de la capital.
