Una sola moneda en América Latina

Una sola moneda en América Latina

Esta semana se desarrollaron los trabajos de la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la sede fue Argentina. Enfatizaron la condena a la violenta golpista Dina Boluarte de Perú y la propuesta de lanzar una moneda común para la región. ¿Qué tan viable es?

 

La CELAC integra a 34 países del continente y se fundó en el año 2011 como contrapropuesta a la Organización de Estados Americanos (OEA). Se trató de un esfuerzo geopolítico impulsado por gobiernos democráticos alejados de la sombra imperialista de Estados Unidos. La VI cumbre se realizó en 2021 en México, bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador; en esta ocasión se realizó en Argentina y la coordinó el presidente Alberto Fernández.

 

La CELAC vive un momento histórico, nunca como ahora, teníamos tantos gobernantes de izquierda que coinciden en los valores de integración latinoamericana. En ese ámbito destacan Gustavo Petro, primer presidente de izquierda en Colombia; Andrés Manuel, en México y el retorno de Brasil a la cumbre con el triunfo de Lula Da Silva, después de que Bolsonaro suspendiera su participación por considerar a la CELAC “comunista”.

 

En materia económica, este año se revivió uno de los propósitos iniciales de la CELAC: conformar una zona económica con una moneda compartida para facilitar las transacciones y el intercambio regional y romper con la hegemonía del dólar. En su momento la propuesta fue de Hugo Chávez, ahora la retomaron Alberto Fernández y Lula Da Silva. Algunos presidentes, como López Obrador, han tomado con cautela la propuesta y es que hoy México tiene una estabilidad cambiaria que no se veía desde el famoso dólar de 12.50 de los años sesenta.

 

Una integración monetaria entre economías tan disímiles como las de América Latina, llevará bastante tiempo. A Europa le tomó más de 20 años conformar el euro como moneda única y es que hay varios elementos a considerar:

 

a) La inflación. Cuando un país adopta una moneda extranjera o, en su caso, una moneda común con otros países, renuncia a su política monetaria. Es decir, ya no podrá usarla como instrumento porque ahora esa decisión es compartida. Por lo tanto, los países deben tener metas comunes en sus niveles de precios. Actualmente Argentina tiene una inflación del 88% y Venezuela del 120%; por otro lado, México presenta una tasa de 7.6% y Bolivia del 2.9%. Alinearlos tomará al menos una década.

 

b) El poder adquisitivo. Junto con la inflación es necesario que los salarios de la región tiendan a igualarse porque ahora habrá un solo poder de compra establecido en esa moneda común. Actualmente Argentina tiene un salario mínimo de 189 dólares, México de 325 y Costa Rica de 603 dólares. Si en estos momentos se ajustaran a una sola moneda, los costarricenses serían de facto 3 veces más ricos que los argentinos.

 

c) Nivel de Productividad. Un factor importante, aunque no el único, para que los salarios tiendan a igualarse es que el resultado del trabajo también tienda a igualarse, es decir, que la productividad de un obrero en México se aproxime a la de uno en Argentina o en Brasil. Ciertos sectores ya comparten esos niveles, hablando de estos tres países se puede comprobar mediante la empresa que opera en común, la automotriz Volkswagen; sin embargo, en otros sectores y en otros países falta mucho por andar.

 

d) Estabilidad Política. Por último, se requiere que los países alcancen un nivel de madurez democrático que hoy, lamentablemente, no se tiene. Esto significaría respetar los acuerdos institucionales que, en aceptación del pueblo, se establezcan en torno al banco central. Hemos visto como un capricho llevó a Bolsonaro a sacar a Brasil de la CELAC y esto puede repetirse si en Argentina la izquierda pierde la elección o si se repiten golpes de estado como los que sufrieron Bolivia y Perú con la anuencia (o el silencio) de muchos países.

 

Aunque por el momento México no participará, Brasil y Argentina han instruido a sus ministros de Hacienda para que inicien trabajos en conjunto y presenten un proyecto para la integración monetaria. Los gigantes del sur representan poco menos del 15% del tamaño de la economía de la zona euro; si sumamos a México crecen hasta el 23% y todos los países miembros de la CELAC representarían casi el 38%. Podrían ser un bloque de contrapeso sumamente importante.

 

Elaboración propia con datos de Banco Mundial

 

Romper con la hegemonía del dólar permitiría no depender en materia crediticia con Estados Unidos ni sujetarse a las políticas de imposición económica, podría significar una verdadera independencia financiera. Pero el camino es largo y más vale empezarlo ahora. ¡Viva la Patria Grande!

 

*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

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