
Puebla goza de una extensa gastronomía adecuada para cualquier situación y, ante la celebración del Día de la Candelaria, las cemitas de feria o “luchonas” destacan entre otros antojitos por presentar una peculiar mezcla de sabor acompañada de la sazón de cada vendedor.
Rubén Coeto nos cuenta que pertenece a la tercera generación de su familia que se dedica a la venta de antojitos en ferias. Aunque comenzó vendiendo chalupas con su esposa, optó por elaborar cemitas con la receta de su abuela.
A diferencia de la cemita tradicional con quesillo y aguacate, Rubén señala que una verdadera cemita de feria es conocida por llevar papas fritas y no al vapor como suelen prepararse en estadios y algunos otros eventos.
“No son muy comunes, es más fácil buscarla en la Arena (…) pero en ferias es raro encontrarlas con ese tipo de papas. Si lleva la papa tradicional hervida con rajas, es la futbolera, esta es la beisbolera o “luchona”, y la tradicional poblana nada más con el quesillo, aguacate, jitomate, rajas o chipotle y el pápalo”
La receta que heredó de manos de su abuela originalmente llevaba una cama de lechuga picada, la milanesa, jitomate, rajas y papitas. Tras ocho años de andar de feria en feria, la receta final prescindió de la lechuga para dar paso al quesillo, aguacate y cebollitas.
Aunque para Rubén una verdadera cemita de feria no lleva pápalo, quesillo ni chipotles, afirma que mucha gente exige estos ingredientes, por lo que se ha visto en la necesidad de complementar su receta, aunque también afecta directamente a las ganancias que pueden obtener.
Entre hoy y mañana, el puesto de Rubén se instala en la entrada de la iglesia de La Candelaria en el barrio de Xonaca y cada cemita tiene un costo de 60 pesos. Para el fin de semana tendrá que viajar a San Felipe Hueyotlipan donde estará cinco días más deleitando los paladares de sus clientes.