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El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ratificó este miércoles la prohibición del maíz genéticamente modificado o transgénico en la alimentación humana, en respuesta al secretario de Agricultura de EEUU, Tom Vilsack, quien expresó su decepción por la medida y anunció que analizará las consecuencias comerciales del decreto.
"No hay ruptura, es nada más fijar con claridad que no se admite el transgénico para alimento humano", respondió el jefe de Estado, al ratificar los planes para una eliminación gradual de ese producto importado de EEUU.
El gobernante mexicano dijo que las negociaciones avanzan "en muy buenos términos", para explicar su decisión basada en criterios de salud pública.
López Obrador propuso a la administración de su homólogo Joe Biden que las agencias de salud de ambos países realicen "un análisis sobre el maíz transgénico y sus contenidos" y sus daños potenciales.
Vilsack dijo el martes que su oficina revisa "cuidadosamente" el nuevo decreto presidencial publicado la noche del lunes, y que trabajará con la representante comercial estadounidense Katherine Tai para "asegurar que el comercio basado en ciencia se mantenga firme", o tomar medidas en el marco del acuerdo comercial de América del Norte (TMEC).
El decreto suaviza otro edicto de 2020 que suponía una eliminación total de los transgénicos, y ahora autoriza la importación de maíz genéticamente modificado para forraje en la ganadería, destino de casi el 80 por ciento del maíz importado de EEUU.
El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas estima que México compró al país vecino 18 millones de toneladas de maíz transgénico en 2022, valuadas en casi 6.000 millones de dólares.
