Un error de la gente es no aceptar que está deprimida: sicólogo

Un error de la gente es no aceptar que está deprimida: sicólogo

Foto: Jesús Tepal

En la actualidad, hay personas que pueden estar en situación de depresión, pero que no aceptan el problema, dejando así que este se desarrolle y sea más agrave. Así lo aseguró el sicólogo clínico y docente de la Universidad de la Salud de Puebla, Edgar Hernández Maldonado, en entrevista para Imagen Poblana.

 

En su labor como profesor dentro de dicha universidad, Hernández afirmó que se concentra en dar oportunidades de formación a jóvenes para que se conviertan en profesionistas dentro del área de la salud. Su área de especialización, la sicología clínica, se enfoca en tratar los trastornos mentales y todo lo que conlleva el cuidado de la salud mental.

 

Su manera de abordar las enfermedades mentales se orienta de diferentes perspectivas, esto depende de situaciones como la etapa de la vida en que se halla el paciente. De ahí parte y abarca el terreno conocido como tanatología, es decir, las pérdidas o lutos de una persona que lo aquejan y le impiden desarrollarse adecuadamente. A esto suma la terapia basada en la búsqueda del sentido de la vida, o logoterapia, una corriente propuesta por Víctor Frankl.

 

Una de las patologías mentales que más afligen en la actualidad es la depresión, y tratar a pacientes con este padecimiento no es algo ajeno para Edgar. Él lo define como un trastorno del estado de ánimo y lo ataca desde una teoría que él mismo ha desarrollado, la que llama “Cinco áreas de la vida”. Estas áreas son la física, emocional, sicológica, social y espiritual. Gracias al análisis de estos factores, hay posibilidad de empezar a determinar que la depresión es el resultado de una serie de pérdidas, una dolencia física o la falta de una guía o dios espiritual, mas no religioso, haciendo énfasis en que este último "dios" es una figura a la que se refiere como sobrenatural, capaz de hacer cosas que nadie más puede y en quien se puede encontrar auxilio.

 

 

“Uno de los errores comunes que se pueden ver mucho en la depresión, es que no se acepta”, así lo declaró nuestro entrevistado, asegurando que las personas rehúsan la idea de que puedan estar en medio de dicho padecimiento. En contraste, la gente prefiere seguir con la idea de que solo está atravesando por momentos de tristeza o pensamientos melancólicos pasajeros, conceptos que nada tienen que ver con esta afección.

 

En su experiencia, es frecuente que la gente trate de justificar y excusar su sentir. A raíz de esto, es habitual que los pacientes con depresión que rechazan la idea sean fácilmente manipulados, esto en consecuencia de tener baja autoestima, un rasgo más de la enfermedad.

 

“Mientras se tenga vida no es tarde y mientras el paciente tenga un motivo para salir adelante, se rescata”, afirmó el sicólogo. Para que la gente pueda recuperarse, es necesario encontrar el motivo principal por el que quiere mejorar algún aspecto de su vida, en este sentido, la terapia les ayuda a rememorar aquellos recuerdos con los que encuentran el sentido de su vida.

 

Después de toda su trayectoria y lo visto con los pacientes que ha trabajado, Edgar aseveró que la depresión, al igual que otras afecciones como la ansiedad o el estrés, son algo cada vez más latente entre los jóvenes de la actualidad, puesto que su vida está llena de frustraciones y en las etapas tempranas de la vida, como la adolescencia, se dan problemas de identidad que les impiden conocerse a sí mismos.

 

“Le echamos la responsabilidad a la pandemia, de que vino ocasionar más estrés, más depresión, pero era un fenómeno que ya se veía venir”, dijo.

 

 

No obstante, hay otro factor que a los tutores no se les hace sencillo aceptar cuando los menores dentro de un hogar son depresivos. Y es que, en ocasiones, las familias con sus comportamientos y actitudes, son las que afectan a los más chicos, y si no se cambia esta área, se verán pocos resultados.

 

Algo que se cree puede ser una de las consecuencias finales de la depresión, es la gente que intenta terminar con su vida. La idea del suicidio llega como conclusión de la gente que, al creer que ya se han terminado las alternativas, no ve otra escapatoria más que la muerte.

 

A su consideración, ello tiene arraigo en el miedo, puntualmente en el miedo a enfrentar situaciones que afectan a las personas. Quiénes han depositado su confianza en él para superar la depresión, se dan cuenta que el miedo puede ser usado como un impulso para salir adelante.

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