Los conflictos viales han ido escalando en la violencia en los últimos años y tanto en Puebla, como en otros estados del país, es común ver casos donde algún incidente de tránsito desencadena una riña en la cual alguno de los conductores termina utilizando un arma de fuego en contra de su rival.
Es por ello que muchas personas se preguntan si esto es un reflejo de que ahora es más fácil obtener un permiso para un arma de fuego, pues parece que prácticamente cualquier ciudadano puede andar trayendo una consigo sin que los demás lo sepan.
Primero hay que señalar que la portación de armas para la mayoría de los ciudadanos está prácticamente prohibida en la vía pública, es decir, muchos de los que cuentan con algún permiso solamente la pueden tener en su casa.
El permiso de portar un arma de fuego en la vía pública está más restringido y parece limitado a empresas de seguridad privada, guardaespaldas y otros casos específicos que quedan a consideración de la Secretaría de la Defensa Nacional, que es quien se encarga de expedir estos documentos.
El propósito de la Sedena de entregar permisos de portación de arma de fuego a los ciudadanos es que puedan defenderse y proteger su patrimonio, de ahí que una de las principales restricciones para obtener un arma de forma legal sea que ésta no salga de la propiedad en la cual se registró.
Al momento de cotejar esta información con lo que pasa en la realidad, encontramos que muchas personas podrían no está respetando lo establecido en su permiso expedido por la Sedena y deciden llevar consigo el arma, ya sea viajando en el transporte público o dentro de su automóvil particular.
Aunque el fin de portar un arma para defenderse puede analizarse desde diversas perspectivas y, debido a la situación de inseguridad en el país, la mayoría de las personas apoyarán que la gente vaya armada, lo que en realidad termina siendo un arma de doble filo cuando vemos que muchas no logran controlar su vida y son capaces de descargar un arma por un simple conflicto vial.
Si bien una de las hipótesis es que estas personas que van armadas por la calle cuentan con un permiso y adquirieron legalmente su arma, la otra cara de la moneda nos lleva a una realidad que es más común e incluso más probable en este tipo de casos.
El tráfico de armas es un problema ampliamente documentado en México y es que, además de lo engorroso y complicado que puede ser obtener un permiso por parte de la Sedena, cuyos trámites no han cambiado en las últimas décadas, muchas personas deciden adquirir un arma por la vía de la ilegalidad.
Es un secreto a voces que en muchos estados de la República, incluido Puebla, los tianguis y mercados pueden ser un buen lugar para la comercialización de este tipo de armas, las cuales incluso son de calibres distintos a los permitidos por la Secretaría de la Defensa Nacional.
Además de un arma de fuego, muchas personas pueden optar por algo más económico, que son las llamadas armas hechizas, las cuales pueden ser más pequeñas porque fueron recortadas o incluso están hechas a través del ensamblaje de pistolas de diversos calibres.
Fuentes policiales consultadas por Imagen Poblana señalaron que en algunos mercados al sur de la ciudad de Puebla es posible encontrar armas de fuego ilegales, que se venden desde los 5,000 hasta los 50,000 pesos, según las expectativas de cada cliente.
Esta problemática tiene lógica, tomando en cuenta que la mayoría de los asaltantes no tramitan un permiso ante la Secretaría de la Defensa Nacional ni gastan 10,000 o 20,000 pesos para comprar un arma con un registro a su nombre.
Es así que en el mercado negro pueden adquirirlas, que si bien muchas personas las compran para defenderse, otras más las usan para delinquir.
Armas en conflictos viales
En Puebla se han registrado hechos de tránsito que se ajustan a las dos caras de la moneda arriba descritas, por ejemplo, está el caso de Felipe, un instructor de la Academia de la Policía Estatal de Puebla quien le disparó y mató a un hombre durante un conflicto vial.
Los hechos ocurrieron en noviembre del 2017 y en este caso destaca que Felipe contaba con un permiso de portación de arma de fuego al ser elemento de una corporación de seguridad pública; sin embargo, hizo un mal uso del arma que llevaba al emplearla de forma dolosa y con fines totalmente ajenos a su fin.
Pero también hay otros casos como lo ocurrido apenas el pasado 5 de enero en la calle 16 de Septiembre y 109 Oriente, en la colonia Arboledas de Loma Bella, donde un taxista le disparó a un hombre durante un conflicto vial.
En este caso el responsable logró darse a la fuga, pero según el testimonio de los testigos se trataba de un conductor de taxi, por lo que su trabajo no requería del uso del arma y su portación era evidentemente ilegal.
Un tercer caso que sirve para ejemplificar otra realidad sería el ocurrido en julio del 2021 en la avenida Municipio Libre, a la altura de la Vía Atlixcayotl, donde un conductor le disparó en dos ocasiones al chofer de una pipa luego de qué este último le diera un cerrón.
El agresor fue detenido tras una persecución con elementos de la policía municipal y al momento de ser puesto a disposición de las autoridades se informó que contaba con un permiso de importación de arma de fuego, pero para uso residencial, por lo que llevarla con él era un delito.
En este caso, el agresor no solamente se hizo acreedor a cargos por lesiones dolosas sino también por portación ilegal de arma de fuego, pues como se indicó previamente, tener un permiso por parte de la Sedena no te autoriza para llevar la pistola contigo a todas partes.