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Es innegable la manera en que se ha instalado TikTok en la vida cotidiana, especialmente entre los más jóvenes, debido a su facilidad de uso y lo llamativo que resultan los videos dentro de la red social. En esta plataforma, como en muchas otras, están a disposición múltiples filtros que cambian el aspecto de las personas para que luzcan más estéticas, aunque esto tenga efectos adversos en la salud mental por los rasgos tan alejados de la realidad que pueden mostrar.
El filtro que actualmente se viralizó y se ha encargado de generar polémica es el llamado “Bold Glamour”, el cual “maquilla” a los usuarios y modifica el aspecto de sus rostros, haciéndolos lucir más jóvenes, sin arrugas y con labios más hinchados, aparte de eliminar cicatrices o marcas de acné e incluso aclarar tonos de la piel.
En esta red social una gran cantidad de cibernautas han usado este filtro, y quienes comparten los resultados muestran diferencias considerables entre su apariencia real y las transformaciones que ofrece la aplicación. Esto ha levantado críticas por los cambios tan exagerados que podrían derivar en un trastorno dismórfico corporal.
Esto no se trata de un asunto menor, pues acarrea problemas en distintas áreas de la vida. Es una enfermedad mental que se caracteriza por la obsesión con la apariencia física, pero también centrándose en demasía en la opinión de los demás, causando que esta no pase por alto y se caiga en comparaciones con respecto a las personas que consideran más bellas.
Las personas con dismorfia ponen especial atención en cada detalle del cuerpo, incluidas esas pequeñas "imperfecciones" que la mayoría de la gente ni siquiera nota. La creencia de que siempre hay defectos, que se es deforme o que nunca se está lo suficientemente arreglado es lo más común, por lo que se genera ansiedad o baja autoestima. Otras consecuencias emocionales son la intranquilidad y el darse menos valor ante personas que, aparentemente, sí cumplen con ciertos patrones de atractivo.
Este trastorno también provoca que las personas empiecen a tener poco aprecio por su cuerpo y se empeñen en cambiarlo de todas las formas posibles. Quienes tienen la posibilidad, se someten a cirugías estéticas para cambiar su físico, ya sea con modificaciones a la cara, los labios o para retirar excesos de grasa y vello corporal. Sin embargo, hay otras manifestaciones de esta enfermedad, como la bulimia (comer compulsivamente y luego tener sentimientos de culpa), anorexia (falta de alimentación que provoca pérdida de peso) o la fijación en sólo comer aquellos alimentos que se consideran sanos y que, sin la orientación de un profesional de la nutrición, pueden llevar a desequilibrios en el organismo.
En esta categoría también entra la vigorexia, manía por hacer ejercicio extenuante todo el tiempo para adelgazar o estar cerca de los estándares deseados. Aunque se concreten pequeños éxitos, generalmente estas satisfacciones son temporales, haciendo que la inquietud y la urgencia de más alteraciones no termine.
La problemática que une al filtro de TikTok con la dismorfia corporal es precisamente la promoción de imágenes que no se pueden replicar en la realidad. Por ejemplo, la tiktoker Gladysss, que se dedica a temas de maquillaje y cuidado de la piel, no fue capaz de reproducir lo hecho por el efecto de video.
A esto se suma lo detallado que llega a ser. A parte de los cosméticos que sobrepone, la impresión hecha con inteligencia artificial no se pierde entre los bordes de la cara o incluso si se sobrepone la mano enfrente, algo que sí sucede con otros casos.
TikTok no es el único sitio en donde se presentan de manera insistente estos estereotipos de belleza, pues en Instagram, comerciales publicitarios o películas y televisión es habitual que las modelos sigan estas pautas estéticas. Para sobrellevar este problema, la terapia cognitiva conductual puede ser una opción, pues en ella se dota al paciente de herramientas que le ayudarán a aceptar su cuerpo tal cual es y le enseñarán a no darse el valor únicamente por su aspecto.
