Novatadas, famosa tradición que no es tan inofensiva

Novatadas, famosa tradición que no es tan inofensiva

Foto: Creative Commons

La Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) fue el lugar en el que alumnos de la Facultad de Derecho y Criminología llevaron a cabo una novatada hacia uno de sus compañeros que ha traspasado los límites de lo permitido. Más allá de lo que pudiera interpretarse como un ritual de bienvenida, hay ocasiones en que las bromas y los chistes se salen de control y atentan contra la integridad de una persona.

 

En este caso, un estudiante denunció que se abusó sexualmente de él después del concierto de un grupo conformado por alumnos, esto como un rito de “iniciación” para los novatos de la institución. Juan Manuel Rodríguez González publicó un video en el que declaró que el personal administrativo y otros estudiantes perpetraron el abuso en contra suya.

 

El hecho se dio hace tres años y el joven aseguró que no se hizo justicia en el caso, toda vez que los implicados no han recibido ningún castigo. De igual manera, señaló que otros participantes del acto fueron estudiantes de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, también impunes. Ante el suceso, la víctima apuntó a una red de influencias como responsable de que no se hayan emprendido acciones contra los agresores. Finalmente, instó al gobernador Samuel García y al rector de la UANL, Santos Guzmán López, para que presten atención a su reclamo.

 

Las novatadas son prácticas comunes en escuelas, incluidas las universidades, pero no son ajenas a otros espacios como equipos deportivos, bandas musicales e inclusive lugares de trabajo. En las facultades es frecuente que sean los alumnos de semestres más avanzados quienes las ejecuten en contra de los primerizos. Estas consisten en dar la “iniciación” a los nuevos integrantes de una comunidad para que los acepten y formen parte de la cultura interna. Algo habitual es que estos actos sean degradantes y humillen a la persona o personas en cuestión.

 

 

Quienes defienden estas actividades argumentan que son tradiciones inofensivas y divertidas por las que cualquier aspirante a entrar un círculo social debe pasar. Esto no resulta completamente cierto, ya que las consecuencias se pueden ver por los daños físicos, sicológicos y vulneración a los derechos humanos.

 

Los novatos que están dispuestos a participar, generalmente se ven forzados a concretar acciones en contra de su voluntad o son intimidados por los miembros de mayor jerarquía en el grupo. Si logran la aceptación se continúa con el ciclo, en el que se promete que ahora serán ellos los autores de las mismas acciones.

 

Algunas de las actividades más acostumbradas son ingerir altas cantidades de alcohol, meterse objetos en el cuerpo, comer sustancias nocivas, soportar abusos físicos o humillaciones y castigos tortuosos. En los casos más extremos, hacen que los principiantes soporten también agresiones sexuales sin distingo de género. Dentro de cada situación está prohibido quejarse o mostrar resistencia, ya que esto deviene en otro castigo.

 

A pesar de que varias instituciones educativas son restrictivas con las novatadas, se siguen dando hechos en varias regiones del mundo, algunos con repercusiones graves por poner en riesgo la vida de las personas.

 

Un joven identificado como Daniel Santulli, de la Universidad de Missouri, Estados Unidos, fue parte de la ceremonia de una fraternidad. Ello ocurrió en junio de 2022, cuando lo obligaron a beber una botella de vodka y varios litros de cerveza, causándole una intoxicación etílica. Los miembros del grupo lo dejaron en un sillón y, al percatarse de su condición, lo movieron a un auto para llevarlo a un hospital; en medio de las maniobras su cabeza golpeó en el suelo. Algunos alumnos lo llevaron al hospital, pero lo abandonaron en la sala de urgencias mientras sufría un paro cardíaco.

 

 

En consecuencia, Daniel perdió la vista y la capacidad de hablar y moverse con autonomía, por lo que ahora se traslada usando silla de ruedas. La familia denunció a 23 integrantes de la fraternidad.

 

En España, el Colegio Mayor Masculino Elías Ahuja recibió críticas por las acciones de sus estudiantes contra otras compañeras. Desde la ventana de un edificio le gritaron a las pertenecientes del Colegio Santa Mónica (de mujeres), insultos de índole sexual. En uno de los videos se ve apenas a un par de hombres insultando desde una ventana y, a medida que siguen, todas las ventanas de los dormitorios se abren para unirse a las agresiones verbales. Esto ocurrió en octubre de 2022 y resultó en la expulsión de un alumno del centro.

 

México no está libre de esto, y desde el Tecnológico de Ometepec (Guerrero), se viralizó un video de la novatada a los nuevos integrantes de la institución. En las imágenes se aprecia a hombres y mujeres bailando semidesnudos. Se presume que hubo docentes en una celebración organizada por la facultad de Ingeniería Civil, que fue aprobada por la dirección del plantel. Se llevó a cabo un concurso de camisetas mojadas para mujeres y ropa interior mojada para hombres. Los padres de familia mostraron indignación por el permiso de las autoridades estudiantiles para la polémica fiesta.

 

 

En 2002 un equipo de futbol de la Universidad de Carolina del Norte fue expulsado, y posteriormente arrestado, por el agravio de su novatada. Esta incluyó desnudar completamente a los nuevos y luego agredirlos con cachetadas y puñetazos. El acto final fue el más severo, ya que usaron un plumón permanente para rayarles la cara y en última instancia, les introdujeron el mismo por el ano.

 

Claramente, estas acciones no son inofensivas y sí representan riesgo mayor. Como ejemplo está lo ocurrido a inicios del 2014, cuando seis jóvenes fallecieron en una playa cercana a Lisboa, todos alumnos de la Universidad Lusófana, de Portugal, por un rito de inicio a una fraternidad. Tenían atada una capa del colegio, y solo sobrevivió otro más, que se limitó a decir que una ola sorprendió al grupo.

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