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Las mujeres no se desempeñan en una sola área y la mayoría de las veces tienen que enfrentar diversas circunstancias para sacar adelante a sus familias, pues rendirse no es una opción para ellas. En entrevista para Imagen Poblana, tres mujeres cuentan su historia y cómo han tenido que hacerse espacio para sobresalir y cumplir como cabezas en su hogar.
Provenientes de diferentes partes de la capital u otros municipios, estas mujeres relatan que las adversidades no son un impedimento total y que su determinación puede más para procurar que no haya carencias en sus casas.
Margarita Marina Hernández vive en la zona sur de la Ciudad de Puebla, específicamente en la colonia Víctor Puebla. Ella es la cabeza de su hogar y hace 14 años se convirtió en el sustento principal por la necesidad de sacar adelante a sus hijas, siempre viendo por su bienestar, procurando que tengan cubiertas sus necesidades.
Para esto, ella se ha desempeñado en varias labores, la más reciente es como vendedora de frituras desde su casa. El ámbito en que labora es complicado, pues vive a la expectativa de que las ventas sean favorables, algo que no siempre sucede. La mayor dificultad a la que se ha tenido que enfrentar es la búsqueda de trabajo, puesto que lo que ella hace no siempre le alcanza.
Ella busca usar a su favor distintas instancias y programas como la entrega de los documentos de propiedad que recibió recientemente, algo que considera favorable porque supone una nueva forma de ahorrar dinero y tener seguridad en su hogar. “No hay muchos recursos, no hay muchas ventas y es un beneficio que nos ahorramos un poquito de dinero porque es un buen para pagarlo”, declaró nuestra entrevistada.
María Bertha es otra mujer capitalina, puntualmente de la colonia Casa Blanca. Ella se dedica principalmente al hogar, pues tuvo que sacar adelante a sus hijas, quienes la motivaron a esforzarse por buscar mejores condiciones en su vida; no obstante, también se empeñó en buscar otras formas de ingreso.
Asumió el papel de ser el primer pilar de su familia y para cumplirlo se enfocó en trabajar arduo por sus hijas. Lo que hace se los dedica y espera que como ella veló por cuidarlas en ciertos momentos cuando era joven, ahora espera lo mismo de ellas en su vejez. “Mi papel es importante porque es una herencia para mis hijos”, aseveró nuestra entrevistada.
Considera que el reconocimiento está más allá de lo que se le pueda decir, pues lo ve reflejado en el fruto de su trabajo, con la adquisición de su casa, el bienestar y crecimiento de sus hijas, así como los valores que deja en ellas y la herencia que en futuro pueda concederles. Aseguró que no vio mayores problemas, pues se concentró en cubrir sus necesidades trabajando en hospitales dentro del área de intendencia.
Por su parte, María Helena es oriunda del municipio de Palmar del Bravo y también es líder en su casa. Ella se ha desarrollado en labores del hogar, pero también ha trabajado en labores de venta, siempre centrada en dar prioridad al trabajo como primera opción para sobrepasar adversidades.
Remarcó que para ella es importante el apoyo entre su núcleo familiar y su pareja en situaciones extraordinarias, por lo que es especial para ella hoy ser dueña fidedigna de su hogar, pues es importante para el legado que dará a sus hijos. “Tranquilidad para mí, que ya estoy bien arreglada y ya no dejar problemas”, expresó María Helena.
En sus hijos trata de dejar el valor del trabajo, pues cree que solo así es como se sale adelante y se logran sus objetivos. Reconoce que los apoyos como los que recién recibió no se los otorgan siempre, algo ante lo que no se pueden quedar de brazos cruzados y deben buscar nuevas formas de prevalecer.
Aunque estas historias vienen de mujeres separadas, las une el sacrificio y la perseverancia de salir adelante en el rol de ser las cabezas de sus hogares, sin fijarse en los impedimentos y con el firme objetivo de cuidar a sus familias.
