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En el edificio del Palacio de Justicia se llevó a cabo el foro “Mujeres y Justicia”, encabezado por Alessandra Rojo de la Vega y Luz Anyela Morales Quintero, con la finalidad de concientizar sobre las luchas de las mujeres en el marco del 8 de marzo, así como de las formas de abordar las problemáticas de desigualdad y acceso al bienestar.
En el conversatorio, Rojo de la Vega, activista defensora de los derechos de las mujeres, ahondó en la importancia que cobran marchas como la que se lleva a cabo cada año en el 8M, por el significado que cobran al ser lugares de comunión entre quienes se apropian de las calles para hacer valer su voz.
Ella relató su experiencia siendo partícipe en la movilización de la Ciudad de México en la que, asegura, concentró a cientos de miles de mujeres y fue espacio de unión y lucha que juntó a generaciones. Acusó que las injusticias e impunidad aún son permitidas gracias a los sistemas de incompetencia y corrupción.
“El único privilegio que las mujeres podemos tener, es la conciencia de que podemos lograrlo todo. Para eso tenemos que prepararnos, trabajar, estudia, ser ambiciosas, para que desde los puestos de poder y de toma de decisiones demos la batalla”, aseveró la exdiputada.
Para su definición de feminismo, señaló que esta postura es la suma de certezas de quienes se empeñan por perseguir sus derechos y hacerlos valer y, aunque se concreten, estos son ejercidos y defendidos con miedo y en el umbral de la desigualdad.
Dijo que hoy en día las mujeres aún se tienen que enfrentar a los estigmas sociales cuando ascienden a altos puestos o son parte de grupos usualmente dominados por hombres, siendo atacadas por su vida personal o supuestas relaciones para alcanzar dichas posiciones; abundó que esto se da incluso de otras congéneres, a lo que aludió que estas también son inculcadas con valores machistas, pero ello no deja de ser una expresión de violencia.
Hizo referencia a las conquistas históricas de otras luchadoras que actualmente les permiten acceder a instancias como las que ella ocupó cuando fue diputada. “Desde el primer día entré con la firme convicción de cambiar la vida, sobre todo de las mujeres”, manifestó.
Para su intervención, Luz Anyela Morales Quintero se enfocó en el trabajo transdisciplinario para impartir justicia de manera más efectiva. En este sentido, señaló que esta no es únicamente una labor que le corresponda a las mujeres, ya que requiere el involucramiento de todas las facciones de la sociedad, en especial la partición masculina en forma crítica.
Aseguró que los hombres también deben ser conscientes de los roles sociales que desempeñan y los estereotipos que reproducen, por lo que el factor de cambio es fijarse en estas prácticas.
De otro lado, sumó que en la impartición de justicia es menester tomar una nueva perspectiva para conformar modelos alternativos de cuidado a las personas en riesgo. A esto explicó que el término de justicia terapéutica es una modalidad a tomar en cuenta, pues se adecua a los procedimientos, las convivencias y prácticas con respaldo científico.
“Esta perspectiva no significa tener sicólogos y siquiatras dentro de los tribunales, aunque no está de más, por supuesto”, declaró Anyela Morales. En sí, el término está destinado a generar bienestar en todas las personas implicadas en un proceso penal, entiéndase atención sicológica y cuidado de la salud mental.
Para ello, puntualizó en que el inicio está en cuestionar qué tanto de esto hay en los métodos convencionales con los que se sigue trabajando. Esta técnica consiste en que la ley e instituciones, sus procedimientos y actores involucrados tengan efecto terapéutico y de mayor satisfacción y refuerzo de emociones positivas, así como la instrucción de nuevos aprendizajes tras un procedimiento penal.
Finalizó recordando que desde 2014 ya se ha planteado esta vertiente para atender a mujeres, niños, adolescentes, familias y el proceder penal desde una óptica más humana en la que se adhiera la empatía.
