Llega la primavera y con ella la molesta rinitis alérgica

Llega la primavera y con ella la molesta rinitis alérgica

Foto: Unsplash

La rinitis alérgica, también conocida como "fiebre del heno", es un trastorno que se caracteriza por la inflamación de la mucosa nasal tras una exposición a un alérgeno, provocando síntomas parecidos a los de un resfriado, incluyendo el goteo nasal, picazón en los ojos, congestión, estornudos y presión en los senos paranasales.

 

A diferencia del resfriado, la rinitis no es provocada por un virus, sino por una respuesta alérgica a una sustancia y puede aparecer en cualquier grupo de edad, aunque es más frecuente en niños y jóvenes, pero expertos señalan que la sintomatología disminuye con la edad.

 

La rinitis alérgica afecta alrededor del 15% de la población mundial y tiene un considerable impacto sobre la calidad de vida y el rendimiento laboral. Existen diversas clasificaciones de la rinitis según su duración, etiología o patogenia.

 

  • Rinitis estacional: constituye el mayor porcentaje de las rinitis. Esta suele coincidir con el período de polinización de las plantas, que empieza en primavera. Se agudiza en los días soleados y ventosos.

 

  • Rinitis perenne: está clasificación no obedece a situaciones estacionales específicas y son causadas principalmente por alérgenos del hogar como ácaros del polvo, animales domésticos, etc.  Los síntomas son crónicos, aunque estos pueden ir y venir.

 

Alérgenos

 

Un alérgeno es una sustancia que puede inducir una reacción de hipersensibilidad en personas, estos pueden ser de diversa índole, pero los principales son los ácaros del polvo, el polen, el epitelio y la orina de ciertos animales, el moho y los hongos.

 

El sistema inmunológico actúa como mecanismo de defensa frente a estos alérgenos y produce anticuerpos. Es necesario un contacto previo con el alérgeno para que la persona alérgica se sensibilice y en el siguiente contacto desencadene la reacción alérgica.

 

Tras la sensibilización, se pone en marcha una serie de reacciones en el cuerpo que provocan que los linfocitos B produzcan un anticuerpo llamado inmunoglobulina G, creado específicamente contra los alérgenos. La inmunoglobulina se sitúa en los mastocitos ubicados en zonas de fácil acceso para los alérgenos, de modo que en cuanto entra en contacto provocan la liberación de mediadores químicos como la histamina, causante de los síntomas de la reacción alérgica.

 

Este tipo de padecimientos no se pueden prevenir por lo que se recomienda reducir la exposición a los alérgenos; sin embargo, la población afectada, principalmente niños, suelen acostumbrarse a los síntomas de la rinitis alérgica y prescinden de un tratamiento hasta que los síntomas se vuelven graves.

 

Complicaciones

 

Las principales complicaciones que puede causar la rinitis son una reducción en la calidad de vida, interfiriendo con el desempeño de las actividades y reduciendo la productividad; también se puede presentar falta de sueño, pues los síntomas pueden mantener al paciente despierto o con dificultades para seguir durmiendo, lo que puede traducirse en fatiga y malestar general.

 

Aunado a esto, se pueden presentar complicaciones en personas con asma, empeorando la tos y la sibilancia del pecho, así como el incremento de la sinusitis pues contribuye a una congestión prolongada de los senos paranasales aumentando el riesgo de tener una infección o inflamación de la membrana que los recubre.

 

Los medicamentos para la alergia logran aliviar los síntomas, aunque es necesario identificar a que eres alérgico, de esta forma un médico puede desarrollar un plan de tratamiento que se acople mejor a las necesidades de tu sistema inmunológico.

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