Todo de la Sedena en todas partes al mismo tiempo

Todo de la Sedena en todas partes al mismo tiempo

Además de espiar a periodistas y a defensores de derechos humanos… 

 

… de realizar cada vez más tareas que sólo deberían competir al ámbito de los civiles…  

 

… de ejercer presupuestos de egresos superiores a los de varias dependencias públicas juntas… 

 

… de no rendir cuentas, lo que hace sospechar de una corrupción creciente… 

 

… y de fracasar estrepitosamente en las actividades que ilegítimamente realiza en materia de seguridad pública… 

 

… ¿qué hacen los altos mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional para mantenerse en la muy alta consideración de Andrés Manuel López Obrador

 

Y es que todo indica que esos altos mandos de la Sedena ya desplazaron del poder al presidente.  

 

No es metáfora.  

 

¡Lo tienen secuestrado! 

 

Luis Crescencio Sandoval mantiene también como rehenes al saltimbanqui ministro Arturo Zaldívar y a la ministra plagiaria Yasmín Esquivel… 

 

 y, prácticamente, a la casi totalidad de las bancadas chairas de ambas Cámaras del Congreso de la Unión. 

 

Sandoval, quien apenas ha sido balconeado junto con su prole por sus extravagantes y onerosos viajes al extranjero --pagados con recursos de nosotros los contribuyentes--… 

 

… ha manipulado al muy influenciable AMLO para que éste, más enojado que nunca, despotrique en contra de la DEA, la CIA, el Pentágono estadounidenses… 

 

… porque estas dependencias del gobierno de Joe Biden hacen las labores de infiltración y espionaje a los cárteles…

 

… lo que pone en riesgo de que se ventilen las complicidades que deben existir entre los delincuentes y los poderes político, empresarial y, claro, militar. 

 

 

Y si Los Chapitos cantan… 

 

 

En tal sentido, el cuarteto de moda en México ya no es el de The Beatles… 

 

… es el de Los Chapitos, tal y como los nombrara la administradora de la DEA, Anne Milgram

 

El de la voz cantante es Ovidio Guzmán López… 

 

… y en las guitarras y en la batería están Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Joaquín Guzmán López

 

Los cuatro, usted lo sabe, son hijos de “el señor Joaquín Guzmán Loera” como lo llama AMLO, y a quien todos conocemos por su sobrenombre El Chapo, debido a su corta estatura física. 

 

Ovidio Guzmán, alias El Ratón, fue finalmente detenido –luego de una intentona que se frustró por órdenes giradas por el mismísimo López Obrador-- pocos días después de la visita oficial de Joe Biden y de Justin Trudeau a nuestro territorio y ha obtenido sendos amparos de la justicia federal para evitar ser extraditado al vecino país del norte en donde se le acusa de ser uno de los más grandes proveedores de fentanilo. 

 

El enojo creciente de AMLO, como le mencionaba antes, se da muy posiblemente ante el temor de que Los Chapitos “canten”, ahora que han sido infiltrados por los estadounidenses. 

 

Letra y música de tambora que, debido a esas infiltraciones, ya conocen los vecinos: qué cantidades producen, qué vías emplean para hacer llegar sus productos hacia Estados Unidos, cuánto numerario “blanquean” allá y acá, qué empresarios les ayudan en esa “lavandería”, pero sobre todo ¡cuánto pagan a las autoridades militares, policiacas y políticas de todos los partidos políticos a cambio de protección y, claro, para no ser extraditados. 

 

No es aún el momento de escuchar esas tonadas. 

 

Más adelante, quizá. 

 

Van a estar en los primeros sitios del hit parade político-musical. 

 

Justo antes del próximo proceso electoral federal. 

 

¿No cree usted? 

 

 

Indicios 

 

 

La justicia militar no podrá hacer espionaje o cateos en sus indagatorias del fuero castrense luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación invalidó 8 artículos del Código Militar de Procedimientos Penales y del Código de Justicia Militar que le daban esas facultades de intervención. Al resolver impugnaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos contra reformas a esos códigos, la SCJN anuló disposiciones que dejaban abierta la posibilidad de afectar a civiles en intervenciones de comunicaciones privadas y cateos a domicilios particulares. * * * De risa loca la nueva posición del achimoltrufiado Arturo Zaldívar quien tras criticar la frustrada militarización del sexenio anterior, ahora nos sale con la pendejada de que las Fuerzas Armadas ¡son civiles! Todo por querer quedar bien con su patroncito López Obrador y mantenerse a la espera de un buen “hueso” a partir del próximo mes de enero. * * * Un reportaje publicado este martes en el diario The New York Times revela que el Ejército mexicano ha atacado más teléfonos celulares con el software Pegasus que cualquier otra agencia gubernamental en el mundo. De acuerdo con ese reportaje del diario estadounidense publicado, la Fuerza Armada de la Secretaría de la Defensa Nacional no ha dejado de espiar con el software desde que en 2011, empleados de la empresa israelí NSO llegaron a México para instalar, probar e instruir a soldados del Centro de Inteligencia Militar con dicho sistema. Y que aún ahora, en el sexenio que dice no espiar, siguen espiando. * * * La reacción de AMLO, ante ello, fue la de cerrar toda la información de la Sedena y de la Secretaría de Marina Armada –que de acuerdo a filtraciones en internet y reproducidas por The Washington Post mantienen relaciones más tensas que nunca-- al asegurar que están siendo objeto de espionaje por parte del Pentágono y agencias de Estados Unidos, “lo hacemos por seguridad porque estamos sintiendo que están queriendo violar nuestra soberanía, es un plan injerencista, utilizando a la prensa vendida o alquilada en nuestro país y a los grupos de interés creados, al bloque conservador, a los corruptos que quieren recuperar sus fueros.” Asimismo, señaló que los cuestionamientos de algunos medios respecto a la actuación de las Fuerzas Armadas tienen que ver con la información que obtienen de estos organismos de seguridad del país del norte. * * * Y por hoy es todo. Gracias por leer este Índice Político pintado hoy de verde olivo. Como siempre le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!