Tusi, la droga rosa de moda entre la élite

Tusi, la droga rosa de moda entre la élite

La variedad de drogas y sustancias alucinógenas que existen actualmente es vasta, y es que las hay para todas clases sociales, gustos y colores. Lo más nuevo es un llamativo polvo que tiene un aspecto similar a la cocaína y se distingue por ser una mezcla de varias drogas, una moda que empezó en Sudamérica y se ha establecido en México.

 

Tusi, cocaína rosa o tucibí son los nombres más comunes con los que la gente se refiere a la droga de moda, que se presume tiene efectos más fuertes que los de la cocaína normal y se ofrece con un distintivo color rosa. Esas etiquetas corresponden a la pronunciación de su fórmula en inglés, 2C-B, que está compuesto por bromo y dimetoxifeniletilamina. Dada su rareza, no es una droga que esté al alcance de la mayoría de personas que gustan de ingerir alucinógenos.

 

En países como España ganó popularidad desde hace diez años y tan solo un gramo de este polvo rosa se compra en aproximadamente 100 euros, es decir, casi 2,000 pesos mexicanos.

 

El país que se encarga de la mayor parte de su producción es Colombia, donde llegó a inicios del milenio. Se le presentaba como la droga de las élites, pues su costo la hacía exclusiva para modelos, famosos, artistas de renombre y hasta políticos. Al ser el mayor productor, proliferó en suelo colombiano y se expandió rápidamente en el resto del cono sur de América, llegando a México en los años siguientes.

 

Su momento de mayor popularidad ha sido en los últimos años, pero para saber sobre sus orígenes nos tenemos que remontar a 1974 en Estados Unidos. Después de la prohibición de drogas como el éxtasis, Alexander Shulgin creó su fórmula y sintetizó el tusi. Debido a la dependencia que genera, 20 años más tarde también fue restringida en Norteamérica y en el resto del mundo.

 

Sus efectos en lo inmediato están ligados a la alteración de los sentidos y la percepción del entorno, toda vez que puede generar alucinaciones visuales y auditivas, pérdida del juicio, desorientación, pupilas dilatadas, euforia y aumento del deseo sexual. Quienes están en medio de un viaje de tusi pueden creer que tienen control de su situación, pero más bien obedece a la alteración de los nervios y la excitación pronunciada.

 

Una vez dentro del organismo se manifiesta inmediatamente con euforia que prevalece hasta por ocho horas continuas. La forma en que ataca el cerebro es con la liberación de hormonas como la dopamina, noradrenalina y adrenalina.

 

Lo más grave llega en el largo plazo, cuando se dan pensamientos intrusivos y alucinaciones más severas, pues esto da pie a sufrir un ataque de pánico y episodios de ansiedad. Además, puede ser causante de depresión, trastornos sicóticos, arritmias cardíacas, vómitos y despersonalización.

 

¿A qué se deben dichas consecuencias? El polvo rosa no es una droga como otras, pues en ella se conjuntan los efectos de otras como el LSD, el MDMA o la ketamina, su capacidad de adicción es equiparable a la de las metanfetaminas y, aunque uno de sus nombres lo asocia con el famoso polvo blanco, no comparte características con la cocaína más allá de sus presentaciones y la forma de consumirla, esnifando por la nariz o en forma de pastillas.

 

El problema de no ser solo una sustancia en solitario es que siempre cabe la posibilidad, igual que con otras drogas, de que los consumidores reciban un producto adulterado o contaminado. Si se da un desbalance en la mezcla, se abre la puerta a ser víctimas de una sobredosis o intoxicación.

 

La notoriedad que ha ganado se debe en gran parte a la forma en que se comercia, pues la presentación que se le da es llamativa para los más jóvenes. Ese peculiar tono rosado tan vibrante no es parte de su proceso de fabricación, sino que se le da con un tinte añadido, sumado a su nombre tan particular que lo posiciona como una de las favoritas para ambientes como fiestas y clubes nocturnos.

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