5 de Mayo: mitos, realidades y la batalla olvidada en Atlixco

5 de Mayo: mitos, realidades y la batalla olvidada en Atlixco

Foto: Enfoque

Aunque el 5 de mayo de 1862 es considerado una fecha determinante tanto en Puebla como a nivel nacional por quedar marcada como la defensa en contra de la intervención francesa, la realidad es que hay una fecha previa que es igual o más importante. 

 

Como parte de esta segunda entrega de reportajes especiales, en el marco del 161 Aniversario de la Batalla de Puebla, en Imagen Poblana te contamos un poco sobre esta fecha que no es tan valorada, así como algunos mitos y realidades sobre lo que ocurrió aquel 5 de mayo de 1862. 

 

La Batalla de Atlixco 

 

El 4 de mayo de 1862 pasa inadvertido para muchas personas, pero en realidad es igual o incluso más determinante que el glorioso 5 de mayo y la Batalla en Puebla, pues muchos historiadores coinciden en que sin la victoria que obtuvo el ejército republicano en Atlixco, no se habría logrado defender los Fuertes de Loreto y Guadalupe un día después. 

 

La batalla de Atlixco estuvo encabezada por los generales Antonio Carbajal y Tomás O'Horán, quienes fueron designados por el general Ignacio Zaragoza para detener el avance de aproximadamente 7,000 hombres que eran parte del ejército conservador mexicano y que pretendían apoyar la intervención francesa. 

 

 

Cuando Zaragoza se entera de esta intervención a su llegada a Puebla el 3 de mayo, decide enviar a O'Horán y Carbajal Atlixco para hacerle frente al ejército conservador encabezado por Leonardo Márquez y José María Cobos. 

 

Durante el 4 de mayo celebraron al menos dos batallas, una en los terrenos de lo que ahora es San Gregorio Atzompa y la otra en Atlixco, donde el ejército republicano encabezado por Tomás O'Horán y Antonio Carbajal lograron que este grupo de conservadores se retirara hacia Izúcar de Matamoros y no pudiera seguir su avanzada hacia la ciudad de Puebla. 

 

En algunos de sus escritos históricos, Ignacio Zaragoza reconoce que, si no se hubiera salido triunfal en la Batalla de Atlixco, el ejército conservador habría ayudado a los franceses y habrían sido atacados por dos francos diferentes en los fuertes de Loreto y Guadalupe, lo cual habría hecho más difícil la batalla e incluso muy probablemente habrían perdido. 

 

¿Tuvo suerte Zaragoza? 

 

La lógica de muchas personas ha llevado a que por años se busca demeritar lo hecho por Ignacio Zaragoza y sus tropas, pues incluso hoy en día suena casi imposible el hecho de que un ejército un tanto improvisado hayan logrado derrotar a las tropas francesas que eran de los mejores capacitados de esa época. 

 

Esto ha generado que existan muchos mitos mediante los que se busca calificar como fortuita la victoria del ejército republicano durante la Batalla de Puebla, usando como pretexto aspectos como la lluvia y las condiciones del terreno. 

 

En este sentido, resulta importante destacar en el análisis de algunos historiadores como Víctor Hugo Flores Solís, quien en la década de los 60 logró hacer una de las reconstrucciones más fidedignas sobre lo ocurrido en Puebla el 5 de mayo de 1862. 

 

De su análisis destaca como refuta ese ánimo detractor que existe en torno a la Batalla del 5 de Mayo, señalando que la lluvia que se registró alrededor de las 15:00 horas no fue determinante en la batalla ni jugó solamente en contra de los franceses. 

 

Señala que si bien era complicado que los soldados franceses pudieran subir el cerro lodoso de lo que ahora conocemos como Los Fuertes debido a sus botas y uniforme, también es justo reconocer que era complicado mantenerse en pie para aquellos que defendían desde las alturas. 

 

Destaca que, si era complicado subir, también lo era bajar y más cuando la mayoría de los soldados del ejército republicano al mando de Ignacio Zaragoza eran improvisados y no contaban con el equipo necesario, pues muchos de ellos pelearon con huaraches

 

Pero el análisis de Flores Solís también desentraña otro mito que se ha convertido en leyenda y es la participación de los indígenas zacapoaxtlas que se sumaron a la defensa del territorio y soberanía nacional. 

 

Por muchos años se destacó la participación de este grupo, pero, de acuerdo con el análisis hecho por el historiador, en realidad su participación no fue tan determinante como se ha plasmado en los libros de historia oficial, pues era un pequeño grupo de menos de 150 indígenas, que tenían como única arma un machete y nada de instrucción en combate. 

 

Señala que los diferentes registros muestran que en total participaron 26 personas originarias de Zacapoaxtla y 116 del batallón de Tetela de Ocampo, lo cual no podía ser considerado como representativo para una batalla en la que intervinieron miles de personas, juntando ambos bandos. 

 

Otro mito es que la batalla culminó a las 18:00 horas del 5 de mayo, situación que en realidad no fue así pues hay registros de muestran que la batalla se prolongó hasta cerca de las 20:00 horas, cuando algunos franceses aún intentaban defenderse en las faldas del cerro. 

 

Flores Solís termina por enfatizar que la victoria en la Batalla de Puebla no fue fortuita y que, si bien hubo muchos aspectos favorables para los comandados por Ignacio Zaragoza, lo cierto fue que el ejército republicano supo capitalizarlos mejor a través de una mejor estrategia y distribución de los recursos materiales y humanos con los que contaban. 

Notas Relacionadas