Datos económicos sobre la batalla del 5 de mayo

Datos económicos sobre la batalla del 5 de mayo

La Historia económica nos permite identificar y analizar los elementos materiales que dieron lugar a fenómenos específicos. Hoy que conmemoramos el triunfo de la batalla de Puebla, haremos algunas reflexiones históricas desde el enfoque económico.

 

Nuestro país fue una colonia española durante 300 años (1521-1821). En 1810 comienza la guerra por la independencia y concluye en 1821 cuando se retiran las fuerzas realistas y se firman los tratados de Córdoba. En los 50 años posteriores se disputarán luchas internas entre conservadores y liberales. Esta intermitente guerra civil es causa fundamental del atraso económico en el que se encontraba México a finales del siglo XIX.

 

Si bien los tratados de Córdoba reconocieron la independencia, también México reconocía el pago de una indemnización a la corona española, así nuestro país nació con el yugo de la deuda externa. En ese momento había claramente dos bandos políticos: por un lado, los conservadores que pugnaban por un gobierno centralista, monárquico e incluso volver a la tutela española; del otro lado, los liberales proponían un gobierno federalista y republicano. Los múltiples desencuentros se manifestaban en injurias, golpes de estado y guerras.

 

Ejemplo de estos enfrentamientos los hemos relatado en otras ediciones de esta columna, como la disputa entre los liberales Andrés Quintana Roo y Leona Vicario versus los conservadores Lucas Alamán y Anastacio Bustamante. Pues siendo presidente Bustamante, un grupo de ciudadanos franceses reclamaban indemnizaciones por daños causados en México. En 1838 el conflicto se volvió una invasión de Francia y concluyó con el reconocimiento de una deuda de 600 mil pesos.

 

En 1857, bajo el gobierno liberal de Ignacio Comonfort se promulga una Constitución que impugnaron los conservadores con un levantamiento militar que derivó en una guerra de tres años (Guerra de Reforma). En 1861, bajo la presidencia de Benito Juárez, los conservadores fueron derrotados en Calpulalpan, en venganza, boicotearon al gobierno de Juárez y se negaron a pagar impuestos, lo ofendieron en la prensa, lo menospreciaron por ser indígena y lo declararon no apto para gobernar México.

 

La crítica situación de las finanzas públicas llevó a Juárez en 1861 a suspender el pago del servicio de deuda externa a tres acreedores: España, Inglaterra y Francia. En 1862, los tres países enviaron tropas que tomaron las aduanas del golfo de México para asegurar el pago de la deuda, pero la acción diplomática del liberal Manuel Doblado logró convencerlos de firmar una prórroga (Tratados de Soledad). Al mismo tiempo, en secreto, se reunían los conservadores Miramón y Mejía con los representantes extranjeros para instigarlos de no aceptar el acuerdo con el gobierno de Juárez, ¡Así de apátridas han sido siempre los conservadores!

 

Fue Lord Russell, representante de la delegación inglesa, quien develó las propuestas conservadoras y en un acto de congruencia diplomática se mantuvo firme al reconocimiento de Juárez. No actuó de la misma manera la delegación francesa y aceptando el trato con los conservadores iniciaron una incursión militar. El acuerdo incluía una colaboración militar a cambio de derrocar al gobierno de Juárez y entregar el país a un monarca europeo. Años más tarde los conservadores iban a estar en el Castillo de Miramar (Italia) suplicando a Maximiliano de Habsburgo que viniera a gobernarnos.

 

Si México no tenía dinero para pagar una deuda mucho menos para financiar una guerra contra la invasión del país que era uno de los más poderosos. Francia ya era un imperio fortalecido en 1862 y contaba con varias colonias en el mundo; México era un país naciente empobrecido. Por eso es destacable el heroísmo con el que se batieron las huestes patriotas en nuestra heroica Puebla.

 

El 4 de mayo, el pueblo obrero de Atlixco le causó las primeras bajas de consideración a los franceses. El día 5, estratégicamente el ejército de Oriente se replegó a Puebla y ahí recibió nuevamente a los franceses y los conservadores mexicanos. Como una mano de Dios, una fuerte granizada, obligó la retirada francesa cuando ya estaban asediados por el pueblo bueno, masas sin instrucción militar pero gran corazón que provenían de la Sierra Norte (Zacapoaxtla, Xochiapulco, Tetela, Cuetzalan, Xochitlán y Nauzontla). No había armas de gran asalto; voluntad y fuerza sí.

 

Los franceses regresaron en 1863, asediaron la ciudad 62 días y entraron triunfantes en un desfile que vitorearon poblanos que simpatizaban con el conservadurismo, entre ellos los miembros del clero que prepararon una misa solemne para los invasores.

 

Elaboración propia con datos de Banco Mundial

 

Hoy las cosas son un poco diferentes. La economía de México avanza al doble que la francesa (ver gráfico 1). Paris se incendia por un pueblo que protesta contra el neoliberalismo, nuestro país sigue asediado por los conservadores, pero el pueblo bueno defenderá como siempre al gobierno juarista de las calumnias y los golpes.

 

*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

 

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