Oficio de limosnero, ¿qué tan redituable es dedicarse a la mendicidad?

Oficio de limosnero, ¿qué tan redituable es dedicarse a la mendicidad?

Foto: Enfoque

En redes sociales se hizo viral un video en el cual una pareja finge la discapacidad de uno de ellos para pedir limosna en las inmediaciones de la Recta Cholula, situación que pone a más de uno a pensar sobre qué tan redituables dedicarse a la mendicidad.

 

El video en cuestión muestra cómo un hombre y una mujer se preparan para iniciar su "trabajo", en el cual el hombre se sienta en la silla de ruedas, completamente cubierto y llevando solamente un cartel, mientras la mujer empuja la silla de ruedas.

 

En el video grabado por una vecina de la zona, el supuesto discapacitado sube a la silla de ruedas por sus propios medios, mostrando no solamente velocidad sino una gran agilidad, y evidenciando claramente que el padecimiento clínico que utiliza para pedir limosna es falso.

 

 

¿Cuánto gana un limosnero?

 

Las personas que se dedican a pedir limosna en la calle generalmente lo hacen argumentando múltiples complicaciones de su vida, que van desde la falta de trabajo, una enfermedad, hasta el hecho de venir de un municipio lejano y estar varado en la gran ciudad.

 

En el mejor de los casos, los limosneros no tienen tarifa y piden alguna limosna o algún apoyo que puede ser comida o bebida, pero en el peor de los casos hay mendigos que piden 10 o 20 pesos como apoyo.

 

Estas personas generalmente están catalogadas en un rubro diferente al de los limpiaparabrisas o la gente que vende dulces, manualidad o artesanía en los cruceros, pues finalmente están cambiando una actividad por un apoyo económico.

 

El mendigo, entonces, es aquella persona que se sienta o se para a tu lado y te pide una moneda para que contribuyas a la causa que él está enarbolando o exponiendo a través de algún breve discurso, un cartel o simplemente con una expresión hierática.

 

Aunque no se puede generalizar, es muy fácil detectar algunos casos en que el limosnero claramente miente; por ejemplo, cuando una persona te pide una ayuda para completar el dinero que le permita pagar el boleto de autobús para regresar a su localidad de origen.

 

Si es la primera vez que lo has visto es muy probable que caigas, pero si ves a la misma persona pidiendo el mismo apoyo cinco días a la semana, en el mismo lugar o en una calle aledaña, rápidamente te darás cuenta de que se trata de un engaño.

 

De este modo nos podemos preguntar ¿qué tan redituable es la mendicidad para estas personas?, como para mentir de forma sistemática buscando obtener un beneficio económico.

 

Para ello se puede hacer un simple ejercicio: si tomamos en cuenta a las personas que se dedican a mendigar en los cruceros, podemos ver que tienen aproximadamente 30 segundos para recorrer unos 10 a 15 coches.

 

En uno de los escenarios más básicos podríamos plantear que un limosnero tiene la oportunidad de ganarse dos pesos cada minuto, lo cual quiere decir que en una hora habría reunido por lo menos ciento veinte pesos.

 

Si esta persona trabaja únicamente ocho horas al día y solamente de lunes a sábado, podríamos asumir que esta persona reúne por lo menos 24,000 pesos de ingresos al mes.

 

Como se dijo previamente, esa es una de las estimaciones más básicas, pues evidentemente en alguno de los casos la persona recibirá más de dos pesos en cada crucero, lo cual sustituye aquellos semáforos en los cuales no haya obtenido ningún apoyo.

 

Lo mismo ocurre para algunas personas que están en las calles de las grandes ciudades, donde se ejerce la mendicidad en presencia de locales y turistas.

 

Hace unos años se hizo viral un video en el cual un malabarista revelaba que aproximadamente ganaba 2,000 pesos al día en propinas, solamente trabajaba cinco días a la semana y lo hacía por periodos de seis horas, lo cual se traduce en aproximadamente 40,000 pesos al mes.

 

Estos salarios son mejores que los que muchas personas reciben contando con un título universitario o haciendo trabajos aparentemente formales, incluso mejor que un albañil, un profesor de primaria o un chofer del transporte público.

 

Bajo este panorama de engaño y muy buenos ingresos económicos, es que se han implementado campañas gubernamentales para incentivar a la gente a no dar dinero a los limosneros, principalmente cuando se emplean niños.

 

Pero a pesar de ello, es muy común que en las calles nos encontramos a personas que se dedican a trabajar de esta forma.

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