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Decenas de miles de israelíes se reunieron en el centro de Jerusalén este jueves para el Desfile del Orgullo de Jerusalén en favor de la tolerancia hacia la comunidad LGBTQ rodeados de estrictas medidas de seguridad dados precedentes de violencia de otras convocatorias.
“Está claro que en mi papel como ministro de seguridad nacional, hago y haré todo lo posible para que no haya un incidente loco como el asesinato de la niña Shira Banki (muerta a puñaladas en el desfile de 2015 por un ultraortodoxo judío)”, dijo el abucheado ministro de Seguridad Itamar Ben Gvir, líder del partido ultranacionalista Otzma Yehudit, quien antes de convertirse en ministro estuvo involucrado en repetidas ocasiones en protestas contra el evento.
Unas 30.000 personas asistieron al desfile en medio de fuertes medidas de seguridad y la presencia de unos 2.000 policías y agentes de la policía antidisturbios, así como varias líneas de barreras policiales que separaron el desfile de una protesta de extrema derecha al otro lado de la calle.
El evento transcurrió sin incidentes.
La Casa Abierta de Jerusalén, organizadora el evento, dijo que el número de participantes fue un récord desde el desfile en 2016, un año después de que Shira Banki, de 16 años, fuera asesinada.
