Papel contra pantallas: el eterno choque entre los libros y los e-books

Papel contra pantallas: el eterno choque entre los libros y los e-books

Foto: FreePik

A pesar de que llevan más de una década posicionados en un mercado estable, los libros digitales o e-books siguen siendo la segunda opción para el público lector en prácticamente todo el mundo, a pesar de que tienen ciertas ventajas frente al papel.

 

En México, menos de la mitad de la población es lectora, pues actualmente las personas que tienen hábitos de lectura frecuentes representan apenas el 43 % de la población, y entre ellos los lectores de e-books son aún menos.

 

De acuerdo con los datos más recientes de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, el 72.9 % de lectores prefiere un libro físico que uno digital; sin embargo, el porcentaje de lectores de e-books ha ido aumentando año con año.

 

Como muestra encontramos que apenas en 2016 el 7.3 % de los lectores recurre a los libros digitales, aumentando 14 % durante los últimos siete años, motivados por algunos de los beneficios que ofrecen frente a los libros tradicionales.

 

Libros físicos

 

Primero habría que abordar cuáles son los beneficios que representan los libros físicos para que hoy en día sigan siendo la primera opción de los lectores, quienes seguramente tendrán sólidas razones para adquirirlos en este formato.

 

Primero que nada, los especialistas aseguran que el sentimiento que evoca un libro físico no está ni cerca de asimilarse a lo que representa la lectura a través de una pantalla, pues las palabras adquieren otro valor al momento en que están plasmadas en un papel.

 

 

Hay un aspecto emocional hasta en el envejecimiento del libro, no por nada las primeras ediciones pueden llegar a ser muy costosas, justamente porque se trata de un libro que muestra el paso del tiempo y la importancia del momento en que se escribió.

 

Para los más fanáticos de la lectura impresa, habrá otros factores como la tipografía, el diseño de la pasta, la calidad de las hojas, el color de la tinta y en algunos casos hasta los pequeños errores de impresión que diferencian a un libro de otro.

 

Otro aspecto importante es que son considerados permanentes, pues no requieren de una batería, de estarlos cargando, de conexión a internet, de un error en la nube o de cualquier otro desperfecto que puede estar relacionado con la tecnología.

 

Los defensores del papel aseguran que el libro siempre será un libro, mientras que aquellos que prefieren lo digital tendrán que esforzarse por ir adaptando los formatos de su biblioteca conforme vayan modificándose o avanzando los dispositivos de lectura.

 

Otro aspecto aún más interesante para defender la lectura impresa es que se vuelve parte de la comunidad, pues aquellos dueños de kindles o e-readers difícilmente prestarán sus dispositivos a alguien.

 

En cambio, los libros físicos pueden ser prestados, son más económicos de regalar y tienen una disponibilidad más amplia, incluyendo las bibliotecas que actualmente existen, tanto en el sector público como privado, y desde luego en las bibliotecas de las universidades y escuelas.

 

También hay que tomar en cuenta que no todos los títulos se encuentran digitalizados o disponibles para comprarlos a través de una plataforma especial de e-books, por lo que en esos casos el papel terminará venciendo a la digitalización.

 

A nivel científico hay estudios que aseguran que la lectura, a través de medios impresos, se asocia mejor con la mente de las personas, por lo que aumenta la comprensión lectora y los recuerdos sobre lo leído se fijarán por más tiempo en nuestra mente.

 

Defensores del papel también aseguran que los niños que crecen en casas con libros físicos suelen tener un mejor desempeño escolar a lo largo de su vida e incluso están menos predispuestos a la deserción escolar, entorno que no sería posible si tu biblioteca solamente es digital.

 

Ventajas de los e-books

 

Como la mayoría de la tecnología, los libros electrónicos sin duda ofrecen mejores prestaciones a nivel de practicidad, pues uno de los primeros argumentos es que ocupan menos espacio.

 

Lo anterior puede ser interesante tomando en cuenta las dimensiones de los nuevos conjuntos habitacionales, así como la dificultad que representa para las nuevas generaciones adquirir una vivienda con más de tres recámaras, y ni que pensar sobre la posibilidad de tener una biblioteca.

 

La portabilidad es otro de los argumentos que exponen a favor los defensores de los libros digitales, pues aseguran que para un viaje largo el simple hecho de tener que subirte a un avión, un e-book será más recomendable que llevar dos o tres libros físicos.

 

La comodidad también juega un papel importante pues hay obras de la literatura clásica cuyos libros pesan más de un kilo y se vuelve un tanto cansado sostenerlo entre las manos, situación que no ocurriría si tienes un e-reader.

 

Parte de esta comodidad y practicidad está relacionada con el poder adecuar el tamaño de la letra al momento de leer, algo que con un libro no es posible, desgastando menos la vista y además cuenta con pantallas especiales.

 

Los defensores de los e-books señalan que la mayoría de las obras modernas ya están disponibles en tienda de libros digitales, pero si por alguna razón la obra no fue traducida a tu idioma, la mayoría de los e-readers cuentan con diccionarios y traductores.

 

La disponibilidad es otro de los argumentos que usan a favor los defensores de los libros digitales, pues aseguran que hay muchos libros disponibles en las tiendas digitales sin ningún tipo de limitación y no está de por medio el tiraje, mientras que encontrarlo en papel se vuelve casi imposible.

 

El cuidado del medioambiente también entra en esta discusión, pues quienes prefieren los libros digitales aseguran que además tiene una repercusión en el cuidado del ambiente, ya que no es necesario cortar árboles para obtener el papel en el cual se imprimirán los libros.

 

Esta reducción de materiales, como es el mismo papel, también hace que algunas ediciones de los libros digitales sean más económicas que los físicos, lo cual representa un ahorro para el lector.

 

Tomando en cuenta todo lo anterior podemos decir que sin importar si lo tuyo es la nostalgia del papel o la practicidad de lo digital, la lectura es uno de los hábitos más saludables que hay, pues reducen el envejecimiento y cultivan conocimientos con cada página.

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