Diminutos y potencialmente letales, así son los ectoparásitos

Diminutos y potencialmente letales, así son los ectoparásitos

Foto: Pixabay

Las autoridades de salud confirmaron que, en Torreón, Coahuila, una niña de dos años murió a causa de una enfermedad poco común, Rickettsia. La menor ingresó al Hospital Infantil Universitario con un cuadro de temperatura, aunque hasta después de su muerte se confirmó que tenía la bacteria, adquirida por la picadura de una garrapata

 
Esta enfermedad es causada por una bacteria, pero la transmiten otros organismos llamados ectoparásitos, que pueden estar en animales de compañía y de ahí saltar a los humanos, es decir, son enfermedades zoonóticas. En el caso de la niña de Torreón, se sabe que solía jugar con perros de la calle e incluso las autoridades sanitarias declararon que no era extraño que la niña les quitara las garrapatas a los canes.  

 
Las Rickettsiosis son una serie de padecimientos comúnmente transmitidos por vectores, principalmente garrapatas, chinches, pulgas, piojos o ácaros. Hablar de parásitos para algunas personas podría ser una solitaria o gusanos en el intestino, pero los referidos ectoparásitos son otro tipo de organismos invasores que resultan igual de peligrosos. 

 
Estos son patógenos que sobreviven a costa de otros seres vivos, aunque a diferencia de otros intrusos como la taenia (solitaria), no necesitan estar en un órgano interno, pues solo les basta con adherirse al cuerpo a través de la piel. La forma en que estos parásitos perduran en la superficie es gracias a que se alimentan principalmente chupando sangre o restos de piel. 

 

 

Los más habituales, como ya se mencionó, son las garrapatas, chinches, pulgas, piojos y ácaros, pero en esta clasificación también entran otra clase de artrópodos chupa sangre, como los mosquitos o algunas especies de moscas parasitarias

 
En la naturaleza, estos parásitos se caracterizan por engancharse a sus huéspedes fácilmente y enredarse en su pelaje o en los sitios más escondidos como orejas, patas y rabos. Se les puede encontrar en venados, perros de la pradera, tortugas, primates, canes, felinos, reptiles y casi en cualquier mamífero. 

 
Gracias a esto, no les ha costado dar el salto a los animales de compañía como perros y gatos, lo que los pone cada vez más cerca de los humanos. El contacto nos hace susceptibles a contraer afecciones denominadas ectoparásitos, que afectan en gran medida a la piel, pero hay otras más serias que ponen en riesgo la vida de las personas. 


Entre las enfermedades más vistas que portan y transmiten están, además de la rickettsia, las siguientes: 

 
Lyme 

 

El contagio se da por picadura de garrapatas de patas negras que portan la bacteria Borrelia burgdorferi, que a su vez es transportada por ciervos de cola blanca en estado silvestre. Uno de estos insectos no es mayor a un centímetro e igual de grueso que una moneda, pero al picar y succionar sangre, llegan al tamaño de un limón y toman un color gris. 

 
El lyme está presente en los bosques de Estados Unidos, donde habitan los ciervos y las garrapatas, pero si se transporta a otros sitios, la enfermedad se extiende. Es curable y tratable, pero no existe una fórmula o medicamento concreto que la alivie, pues se va suministrando conforme evoluciona el paciente. No diagnosticarla y tratarla a tiempo puede ocasionar la muerte. 

 

 

Sarna sarcóptica 

 

Es más probable contraerla porque la transmiten las pulgas, a los perros o gatos, por lo que se dan más casos en humanos. Se pueden observar los parásitos en las orejas de las mascotas, así como los daños que causa a la piel. Para diagnosticarla es necesario acudir a un veterinario que revise meticulosamente, pues también pasa a humanos. 

 
De igual forma, es tratable y se cura sin mayores contratiempos, ya que es relativamente fácil confirmar la presencia de la bacteria en las partes afectadas como conductos auriculares, codos o cabeza. 

 

 

Tifus y fiebre 

 

Los piojos son los ectoparásitos encargados de provocar alguna de estas dos enfermedades. Cómo es bien sabido, estos pequeños insectos viven, se alimentan y reproducen en la cabeza de las personas, gracias a que chupan la sangre del organismo infectado. Se resguardan en el cabello y recurren a la piel para comer, chupar y encubar más huevos. 

 
El tifus epidémico por piojos es considerado una rickettsia y, a diferencia de otras, no es una zoonosis, ya que los humanos somos el reservorio natural. Se contagia gracias a que los desechos de los piojos entran al cuerpo mediante los ojos, alguna herida, las fosas nasales o la boca. Al no transmitirla otra especie, se pasa cuando los piojos de una persona saltan a otra, perpetrados el ciclo. 

 

 

Para estar a salvo de estos patógenos se recomienda usar tratamientos que los repelen cuando se vaya a algún ambiente como bosques y estar al tanto de que no trepe sobre el cuerpo ningún insecto. En caso de algún contagio sospechoso, lo ideal es hacer una fumigación en la zona más inmediata. 

 
Para mayor cuidado de las mascotas, revisarlas periódicamente en el pelaje y cavidades, así como aplicar shampoos o repelentes de pulgas y garrapatas. 

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