“Correo Negro”, en busca de visibilizar el fanzine y el arte urbano

“Correo Negro”, en busca de visibilizar el fanzine y el arte urbano

Foto: @la_poli_lla

El fanzine es un medio de comunicación periférico que surge ante la hegemonía de las instituciones que no dan libertad en el pensamiento y en el discurso. Un recurso de autopublicación que, a pesar del paso de los años, se mantiene vigente y al servicio de la contracultura, gracias a dos elementos básicos como lo son la tirada y el tipo de material.

 

Del vocablo inglés, fanzine es una mezcla de los términos fan (aficionado) y magazine (revista), siendo un tipo de proyecto editorial, en formato de revista, creadas y editadas por aficionados de algún tema. En su mayoría son producidos por aficionados con un nivel de formación en la materia muy avanzado. 

 

Con algunas cuantas impresiones y cortes, además de tu propio ingenio, es posible articular este tipo de publicaciones que tienen como característica principal obedecer a los intereses y gustos de cada editor y creador, por tanto, siempre debemos recordar que el mundo del fanzine es de amateurs y underground.

 

Las temáticas y tipos de publicaciones en el fanzinismo son numerosos, bastante versátiles y por ello, algunos artistas multidisciplinarios encuentran en el fanzine, uno de los mejores métodos de expresión y catarsis.

 

En la ciudad de Puebla, actualmente existe una convocatoria orientada a movilizar y hacer circular las autopubicaciones mexicanas, denominada Correo Negro. Este proyecto es comandado por artistas urbanos que ofrecen sus maletas y asientos de viaje para llevar el arte mexicano a tierras extranjeras.

 

“Ya les cayó la poli con los zine mexicanos”

 

El proyecto del Correo Negro retoma una de las corrientes artísticas que acompañaron a la década de los 70, donde movimientos como el punk y el rock sentaron sus bases y donde no existía el internet, por tanto, el material de producción independiente era movilizado de manera clandestina mediante el correo postal. Asimismo, diversas personas llevaban, LPs, grabaciones amateurs, fanzines y otro tipo de contenido underground escondidos entre sus pertenencias, para evitar la censura de gobiernos opresores, pasando a ser tráfico negro.

 

Aunque en nuestros tiempos el publicar de manera periférica ya no es algo “tan perseguido por autoridades”, el Correo Negro, mantiene la esencia de la autopublicación y la autodistribución, careciendo de las grandes editoriales que permanecen mancilladas por el capitalismo. 

 

 

La recepción de material está a cargo de “Polilla”, un personaje del arte urbano que viajará hasta Colombia y que mantiene sus maletas abiertas para recibir principalmente fanzines, pero que también acepta carteles, stickers y cualquier otro recurso de autopublicación, siempre y cuando no superen el tamaño de una maleta promedio.

 

La recepción en Puebla será hasta la primera semana de septiembre y para gente interesada en la Ciudad de México, la recepción será hasta finales de este mes. Todas las publicaciones entregadas pasarán por diversos puntos de Colombia, donde se arman exposiciones, charlas, pintas y acciones de movimiento fanzinero, propiciando la exposición de los trabajos de autopublicación.

 

La catarsis del corte

 

¿En dónde nace la necesidad de generar autopublicaciones? Para artistas como “Polilla”, todas las creaciones del fanzine son necesarias para contrarrestar una ideología imperante. Colectivos y otros artistas urbanos coinciden en que es una herramienta importante para cuestionar y generar ruido en el estatus quo.

 

Su práctica no nos despega de una visión capitalista, pero sí distorsiona y genera rupturas que alimentan la contracultura: “Es una nobleza que tiene el fanzine porque te da oportunidad de soltar las condiciones que se impone para crear. Hay que reconocer y mostrar que estamos ahí y no en otro punto”.

 

Pero en el ejercicio del recorte, del collage y del fanzine, es posible encontrar una catarsis. “Polilla” refiere que cualquier oficio que lleves a cabo te da esa emoción de transformar, de crear. En el mundo fanzine, el corte es un constante destruir y armar, por lo que la práctica pasa a tener una connotación de introspección y renovación constante.

 

“Un ejercicio que te hace mirar en tu profundidad, para luego darte la oportunidad de crear puentes para sostener la pieza. Con una visión más poética, es como elegir una manada con quién generar vínculos, el tener puentes sólidos hace que mi oficio me permite llegar a esas ideas, en un viaje personal dentro del corte”, sostiene el artista.

 

Popularmente se cree, que el arte está limitado a los privilegios. Aunque parcialmente es una realidad, la generación de contenido y su distribución fuera de los canales predominantes nos regresan parte de la libertad de ejercer una libertad de expresión, así como de transmitir los verdaderos pensamientos de la sociedad que mueve al país día con día.

 

Como ciudadanos underground, “Polilla” refiere que podemos generar una comunicación social a través de las paredes, de los textos, de cualquier espacio público, pues el arte urbano, más allá de ser vandalismo, es una forma de generar comunicación.

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