En México el mes de septiembre es para muchas personas sinónimo de fiesta, conmemoración y convivencia entre mexicanos. Con la llegada de las fiestas patrias hay quienes, además del festejo, ven esto como una oportunidad para ingerir bebidas alcohólicas en grandes cantidades, ignorando todos los daños que estas causan.
Es bien sabido que los excesos y el consumo prolongado de alcohol tiene efectos nocivos para el cuerpo, aunque algo que no siempre se comenta es que no todas las bebidas tienen las mismas consecuencias. Unas son más perjudiciales que otras, por lo que es importante tener en consideración cuáles son las más perniciosas y por qué debemos evitarlas.
No siempre es una sola bebida la que daña, ya que en los últimos años han ganado popularidad las combinaciones que constan de diferentes brebajes e ingredientes, por lo que es importante ser cuidadoso con ellas. Lo más común es que las consecuencias se vean en el sistema hepático, en el hígado, pero en realidad hay más órganos afectados.
Entre las bebidas más dañinas se enlista una que es símbolo de la cultura mexicana y una de las predilectas de la gente: el tequila. Este brebaje se hace con un método de fermentación que le da un grado de alcohol que va del 35 al 55 % y una cantidad de calorías que va de las 115 por cada 100 mililitros, y 28 calorías en un caballito de apenas 25 ml.
Consumirlo en exceso tiene múltiples efectos como la rápida embriaguez que viene acompañada de mareos y deshidratación grave. En el largo plazo, el tequila causa pérdida de la memoria y alteración en las funciones cognitivas, además de daños mayores y permanentes en el hígado.
Por otra parte, está el vodka, una bebida relacionada a la identidad rusa que también es sumamente dañina porque en su elaboración se utilizan materias primas nocivas como el jugo de caña, azúcar y la melaza, un almíbar que también se obtiene de la caña de azúcar. Respecto a su grado de alcohol, es similar al del tequila, mínimo de 35 y máximo de 55 grados.
El aporte calórico puede ser de 116 por cada porción de 45 ml. El vodka suele usarse con frecuencia en la elaboración de cocteles que llevan otro tipo de ingredientes, generalmente azucarados, que incrementan el daño. La preparación de otras bebidas hace que sus calorías se eleven hasta 300. Esto conlleva a problemas cardíacos y propensa la diabetes tipo dos.
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Mientras tanto, el ron no queda exento de graves afectaciones a la salud, ya que este destilado también tiene un alto contenido de alcohol, yendo de 40 a 50 grados por cada porción, mientras que en las azucares es de los que más aporta en cada trago, toda vez que en una ración de 45 ml se incluyen hasta 116 calorías.
El ron normalmente se acompaña de refresco, puntualmente de Coca-Cola, lo que incrementa sus propiedades nocivas. Una cuba libre eleva las calorías hasta 162 con 25 gramos de azúcares, eso sin contar que hay diferentes tipos de ron que alcanzan hasta los 50 grados de alcohol.
Todos los anteriores son brebajes que se hacen con regulación y se incluyen en normas como la NOM-199-SCFI-2017, en la que también aparece el aguardiente. Es un destilado que normalmente incluye para su fermentación una materia prima de origen vegetal que aportará al menos el 51 % de los azúcares fermentables, arrojando un grado de alcohol de 35 a 55 %.
Sin embargo, no es extraño que este tipo de destilados sean de procedencia incierta y en muchas ocasiones ni siquiera contengan etiquetas de contenido. Esto da pie a que no se sepa qué tipo de ingredientes se usa y qué porcentajes de alcohol tiene realmente, razón por la que suelen ser extremadamente baratos. Los efectos más notables son la función cerebral disminuida, mareos y falta de coordinación.
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El hecho de que una bebida sí muestre los ingredientes y contenidos calóricos no es sinónimo de que realmente los cumpla, ya que siempre hay la posibilidad de estar ingiriendo una bebida adulterada. Ya sea tequila, ron, vodka o whiskey, los alcoholes adulterados representan un riesgo para la salud, pues llegan a ser causantes de neuropatía óptica, es decir, ceguera por bebidas adulteradas.
Por último, recientemente ha proliferado el gusto por combinar alcohol con bebidas energizantes; las más populares son los llamados “azulitos” o “pitufos”. Constan de una dosis de alcohol, generalmente vodka, energizante, refresco y agua mineral, una combinación agradable al paladar, pero que tiene consecuencias graves si se consume en grandes cantidades.
Lo primero es que están altamente cargadas de azúcar, aproximadamente 104 kilocalorías por cada porción. Al juntar el alcohol y los energizantes se da una intoxicación hepática, ya que da la falsa sensación de sobriedad, por lo que “permite” seguir tomando hasta que se dan mareos, vómito y complicaciones cardíacas por los energizantes.
