
El 23 de octubre se conmemora el Día del Médico, una de las profesiones más populares y que históricamente ha gozado de cierto respeto e influencia dentro de la sociedad, incluso por encima de otros profesionistas como los abogados o los docentes.
Sin embargo, con el cambio generacional, tanto de los doctores como de los pacientes, es probable que esto se haya modificado. Es por ello que Imagen Poblana decidió consultar con un doctor para saber si esto ha pasado o cómo se mantiene el trato por parte de sus pacientes.
El doctor Antonio Peralta Ríos, médico general de urgencias, señaló en entrevista con Imagen Poblana que desde su perspectiva ese respeto histórico con el que han gozado los médicos se mantiene, aún cuando las nuevas generaciones de médicos puedan tener una diferente forma de atender a los pacientes.
Señaló que muchas veces el respeto se puede confundir con la calidad de la atención y es que considera que hoy en día los médicos que recién egresan de las diferentes universidades se enfrentan a un sistema de salud en el cual deben de atender a muchos pacientes en muy poco tiempo.
Sin embargo, considera que, al menos desde su experiencia, el trato o respeto de los pacientes hacia los médicos sigue siendo el mismo que se ha tenido desde hace varias décadas.
¿Y el juramento hipocrático sigue vigente?
El doctor Antonio Peralta considera que parte del respeto que se tiene por parte de la ciudadanía hacia los doctores debe ser recíproco. Es por ello que los médicos que recién ingresan a las especialidades del área de la salud deben tener bien cimentados sus valores éticos.
Cabe recordar que todos los egresados de alguna de las licenciaturas del área de la salud, como los médicos y enfermeros, entre otros, deben hacer el juramento hipocrático, el cual consiste en una serie de compromisos de carácter ético sobre los conocimientos y su aplicación.
En este sentido, el médico Antonio Peralta considera que algo de lo que más se refuerza con los nuevos médicos es el trato hacia el paciente y que siempre tengan presente que deben tratarlos como si fuera un familiar y valorar su vida de la misma manera que el resto de los pacientes.
Sin embargo, reconoce que no todo en la vida profesional de un médico pueden ser reconocimientos y buenos tratos por parte de los pacientes, ya que también enfrentan momentos difíciles, como la muerte.
Es por ello que considera que todos los médicos deben tener una preparación mental que les permita afrontar de forma ética y completamente apegada a la ciencia cada uno de los momentos que se pueden vivir en un hospital, ya que la razón siempre debe prevalecer sobre los sentimientos.