El fenómeno de las peregrinaciones: una expresión de fe y cultura

El fenómeno de las peregrinaciones: una expresión de fe y cultura

Foto: Enfoque

Las peregrinaciones son viajes que hacen los creyentes a lugares sagrados, donde se venera a Dios, a la Virgen María, a los santos o a las reliquias, y en el caso de México, uno de los más notables es el de la Virgen de Guadalupe.

 

De forma general, las peregrinaciones tienen una motivación espiritual que puede ser de agradecimiento, de petición, de penitencia, de conversión o de búsqueda de sentido, y por ello a continuación te hablamos un poco de ellas.

 

Su origen

 

Las peregrinaciones religiosas se remontan a los orígenes del cristianismo, cuando los primeros fieles acudían a los lugares relacionados con la vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo en Tierra Santa, o a las tumbas de los mártires en Roma y otras ciudades.

 

Estas peregrinaciones se multiplicaron a partir del siglo IV, cuando el emperador Constantino otorgó la libertad de culto a los cristianos y su madre, Santa Elena, descubrió la cruz de Cristo en Jerusalén.

 

Con el paso del tiempo surgieron nuevos destinos de peregrinación asociados a las apariciones de la Virgen María, a los milagros de los santos, a las visiones de los místicos o a las manifestaciones de la gracia divina.

 

Algunos de los lugares más famosos son Lourdes, en Francia, donde la Virgen se apareció a Santa Bernardita; Fátima, en Portugal, donde la Virgen reveló sus secretos a los tres pastorcitos; Santiago de Compostela, en España, donde se encuentra el sepulcro del apóstol Santiago; y Guadalupe, en México, donde la Virgen se mostró al indígena Juan Diego.

 

Las peregrinaciones religiosas son una expresión de fe y de cultura, que reflejan la diversidad y la riqueza de la Iglesia católica.

 

Los peregrinos, además de orar, cantar, meditar y participar en los sacramentos, también comparten sus experiencias, sus tradiciones, sus costumbres y sus valores con otros creyentes de diferentes países y culturas.

 

Las peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe

 

Un ejemplo de esta dimensión cultural y social de las peregrinaciones es el caso de la Virgen de Guadalupe, que es considerada la patrona de México y de América Latina, y que tiene millones de devotos en todo el mundo.

 

Su imagen, que se conserva en la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, es un símbolo de identidad, de unidad, de esperanza y de justicia para los mexicanos y para los pueblos originarios del continente.

 

Cada año, el 12 de diciembre, se celebra la fiesta de la Virgen de Guadalupe y millones de personas acuden a visitarla, ya sea caminando, en bicicleta o en autobús.

 

Muchos de ellos le llevan flores, velas, mantas, fotografías o cartas como signos de su amor, de su gratitud, de sus peticiones o de sus promesas, mientras los fieles bailan, rezan o le hacen alguna ofrenda especial.

 

Sin embargo, la fe puede llevar a los creyentes a situaciones de riesgo, como, por ejemplo, aquellos que caminan día y noche junto a las carreteras, arriesgándose a que algún vehículo no los vea y pueda terminar arrollándolos.

 

Estos peregrinos que podemos ver cada año en diciembre a su paso por Puebla también están susceptibles a la delincuencia, ya que se han documentado casos de asaltos durante su caminata.

 

Ya cerca de la Basílica, es común ver a algunos fieles que llevan al límite su devoción, pues son capaces de avanzar varias calles de rodillas sin importarles que esto les vaya a provocar lesiones en las extremidades inferiores.

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