Josef Fritzl, el hombre que secuestró y violó a su hija durante 24 años

Josef Fritzl, el hombre que secuestró y violó a su hija durante 24 años

Foto: Freepik

A los 18 años, Elisabeth Fritzl desapareció, y sus amigos y familiares pensaron que se había unido a una secta; sin embargo, la realidad era mucho más terrible, puesto que desde los 11 años, había sido víctima de abusos sexuales por parte de su padre, Josef Fritzl.

 

En agosto de 1984, Josef encerró a Elisabeth en un sótano que él mismo había preparado meticulosamente durante una década, y durante los siguientes 24 años, Elisabeth vivió en condiciones inhumanas, rodeadas de oscuridad, ratas y sufrimiento. Como resultado de los abusos que sufrió por parte de su padre, Elisabeth tuvo siete hijos. Tres de estos niños compartían el sótano con ella, mientras que los otros tres vivían en la casa con Josef y su esposa, el séptimo hijo murió solo tres días después de nacer. El plan de Josef Fritzl fue cuidadosamente elaborado.

 

Fue condenado por violación en 1967 y pasó una década preparando un sótano oculto detrás de una pesada puerta de metal en su taller. Vivía con su esposa Rosemarie, quien, según sus afirmaciones, nunca tuvo conocimiento de los horrores que ocurrían en el sótano. La inocencia de Rosemarie fue confirmada tras una investigación.

 

 

La verdad salió a la luz cuando los médicos, durante una exploración médica de Elisabeth, hallaron una nota de auxilio en sus bolsillos y al no encontrar ningún historial médico de Elisabeth, llamaron a la policía. Con la ayuda de Josef Fritzl, las autoridades descubrieron el sótano sellado con grandes medidas de seguridad. Elisabeth, con 42 años, fue hallada después de una vida entera de sufrimiento.

 

En el juicio de marzo de 2009, Josef Fritzl de 73 años, confesó los horrendos crímenes. Debido a que no se demostró que padeciera algún trastorno mental, fue condenado por homicidioincestoviolaciónsecuestroesclavitud y coacción con agravantes, por lo que cumplió cadena perpetua e internamiento siquiátrico.

 

15 años después, con 88 años, expertos aseguraron que el hombre ya no es peligroso por razones de salud, por lo que un tribunal austriaco decidió enviar a Fritzl a una prisión para delincuentes de baja prioridad. Mientras que Elisabeth y sus seis hijos, de entre 15 y 29 años, cambiaron de apellido y viven lejos de Amstetten con altas medidas de seguridad y tratamiento sicológico que les permita adaptarse a la sociedad.

 

 

Notas Relacionadas